El tiburón que juega pelota y canta el son

El popular cantante Eduardo, Tiburón, Morales (Francisco de Guayabal, Camagüey, 17 de octubre de 1935), quien es uno de los personajes más pintorescos de la música cubana, se acerca a su cumpleaños 90.

Desde su aparición, en el mes de noviembre de 1978, rápidamente se hace popular, era algo inusual en esos tiempos. Cada cierto tiempo aparece en el escenario algún personaje “telúrico”, chocante y sorprendente. Ese fue su caso con el conjunto Son 14.

Desde luego, sale a la palestra con el apoyo de un conjunto de gran pegada, sostenido por un compositor genial en el son contemporáneo: Adalberto Álvarez.

Son 14

En 1978, a propuesta del compositor santiaguero Rodulfo Vaillant, se funda el grupo Son 14, que debutó en Santiago de Cuba el 11 de noviembre del mismo año.

En una búsqueda, mediante la radio extranjera, principalmente Radio Rumbos, de Caracas, Venezuela, conoció el boom de la salsa. Un momento importante de su carrera fue el contacto en Santiago de Cuba con Dimensión Latina y su cantante Andy Montañez. En 1980 Son 14 participó en la Tercera Feria Internacional de Barquisimeto, Venezuela, y actuó en el Poliedro de Caracas.

En la capital (la fábrica de arte cubana), el Tiburón sorprende especialmente en 1980, en aquella recordada presentación en el Festival de la Canción Adolfo Guzmán con una canción de competencia “Calle enramada”.

Fueron memorables las presentaciones de Son 14 con el Tiburón en el salón Mambí, en el parqueo del cabaret Tropicana. Más de diez mil bailadores se dieron cita para bailar con el nuevo conjunto que venía de la tierra caliente y renovaba ese tradicional formato sonero, iniciado 40 años atrás.

«Recuerdo que tuvieron que sacarnos del Mambí –dice Eduardo Morales– en un camión encabillado, para protegernos de los admiradores del conjunto. Nunca habíamos visto cosa igual en la música, hasta esos días».

También fue un acontecimiento musical el choque de trenes entre Son 14 y Los Iraquere, (vale decir entre el Tiburón y Oscar Valdés, otra voz primitiva (auténtica) de la ciudad habanera. El choque ocurrió en el teatro Karl Marx, poco después de aquel memorable encuentro Habana-Jam, en el mismo teatro, entre músicos estadounidenses y cubanos que tocaron durante tres días (nueve horas), en una especie de competencia amistosa.

¿Cuál es el misterio de Eduardo Morales?

Cada cierto tiempo, las capitales reciben la fuerza telúrica de la música más tradicional y autentica del campo, El Tiburón tenía esa veta primitiva, un poco salvaje que atrae a las multitudes. Recordemos a Miguel Matamoros, Celeste Mendoza, Ibrahím Ferrer, Pacho Alonso, Cándido Fabré, Elio Revé y ahora el grupo Sur Caribe con su conga al estilo santiaguero. No podemos olvidar al Tiburón cuando dice en la pieza “El son de la madrugada”: Tú me dejaste en la calle / de madrugada / cuando el gallito cantaba. Pura bohemia mi hermano.

Yo soy del pueblo de Francisco Guayabal, que pertenecía a Camagüey y ahora a Las Tunas, donde mismo nació Pío Leyva, el montunero de Cuba. Pío compuso la canción ʺFrancisco Guayabalʺ que grabó el Benny Moré. Me desarrollé en la zona del puerto, me pasaba el día entero nadando en la orilla del mar, y con mi boca abierta; entonces la gente empezó a decir: Mira un tiburoncito y ahí quedó la cosa.

En realidad, Tiburón era pelotero del equipo Granjeros, en la Liga Nacional de Béisbol de Cuba. Pero también le gustaba la música, la gente más bien lo conocía como pelotero y no como músico.

Yo dejaba la pelota para irme a la música y tuve muchos problemas. Me iba para mi pueblo a tocar en una feria; eso me fue perjudicando y llegó el momento en que no me querían, ni como músico, ni como pelotero; ni una cosa, ni la otra. Dejaba a todo el mundo embarcado, cuando se acostumbraban a tocar diez piezas musicales, yo me iba para la pelota.

Adalberto escuchó en una ocasión a Tiburón en el conjunto Yaguarimú (casualmente Aramis, otro de los cantantes de Adalberto era también pelotero). Un buen día Adalberto andaba buscando un cantante y Tiburón llegó a verlo, entonces le dice a boda de jarro:

No busque otro cantante, yo soy el cantante que usted busca. Él también me conocía por el pelotero de la media rota, y eso le dio mucha gracia. El papá de Adalberto, Nené le dijo que me diera una oportunidad. Adalberto más adelante diría que yo soy gracioso como cantante y como persona y que iba a triunfar.

Adalberto en 1978 sintió la necesidad de agrupar su propio conjunto y después de muchos avatares, logra concretar una “plantilla”, para crear un conjunto en Santiago de Cuba. Llevó cinco músicos camagüeyanos –me contó Adalberto– del conjunto Avance Juvenil de su papá. La etapa de 6 años con el Son 14, junto a Tiburón fue algo inolvidable que nunca se olvida, diría Adalberto.

Cuando Adalberto se separó de la dirección de Son 14, Tiburón le dijo que no abandonaba al conjunto porque era una institución con un nombre y una fama. Además, en Santiago de Cuba le dieron todo lo que necesitaba: Casa, auto y muchas atenciones.

Las canciones de Adalberto Álvarez que Tiburón grabó con Son 14 son antológicas, verdaderas obras maestras dentro de la música bailable. Era imposible que Adalberto encontrara, en aquellos tiempos, una voz con tanta fuerza y carisma. Aquella grabación de ʺEl son de la madrugadaʺ, es sensacional. Una canción de atmósfera que nos traslada a cualquier calle cubana, de madrugada. Y cuando dice a toda voz: Tú me dejaste en la calle / de madrugada / cuando el gallito cantaba / de madrugada. Nadie puede cantar como él esa canción.

Tiburón se acerca a los noventa años, me lo reveló con mucha intriga, la voz no tiene la misma fuerza, pero la simpatía se mantiene. Me encantó la última vez que lo vi cantar en el teatro Heredia con la Aragón con ese tema de ʺMi morenaʺ, donde comienza a improvisar como nadie en el mambo final.

Esta es la historia del Tiburón que se baña en el mar y canta son cubano…