Lo oculto y desconocido (Parte 17)

Joaquín Betancourt Jackman

Por: Joaquín Betancourt Jackman (Premio Nacional de Música 2019)

Cuando comencé en estos menesteres de escribir y divulgar experiencias relacionadas a la música, acontecimientos pocos o nada conocidos, entre otras tantas cosas, comenzaba el internamiento obligatorio en casa por la protección de la Covid-19.

Entre mi esposa y yo, la cantante Zunilda Remigio, establecemos muchas conversaciones de diversos temas, de todo tipo, pero todas rondan sobre preocupaciones sociales, culturales, científicas y políticas, es una suerte que casi coincidimos en apreciaciones, criterios y tenemos las mismas sólidas bases de respeto, justicia, principios y sentimientos. Y a sazón de inquietudes mías de cómo es manejada la historia musical de Cuba y mis vivencias personales, fue ella quien me invitó a escribirla por estas vías.

Una de mis primeras publicaciones rondaba en relación con el son cubano, en pleno respaldo con mi hermano, el gran sonero desaparecido, Adalberto Álvarez y su incansable lucha por lograr un día dedicado al son y conquistar su reconocimiento por la UNESCO.

Me uní a él en esa lucha, aportando todo lo que conozco al respecto y a pesar de su inesperada partida, seguiré dispuesto a continuarla con todos los que se quieran alinear a la misma.

Estos temas y otros han sido motivos de tantas publicaciones, casi con una frecuencia de pocos días entre unas y otras.

Tales publicaciones han generado una serie de serias propuestas de ser publicadas en libros, algunos me piden mi anuencia de compartirlas en publicaciones oficiales y ya fuera de Cuba me piden mi presencia física como conferencista.

Detalles de los lugares, que por mutuo acuerdo nos hemos reservado de revelar detalles, para ser divulgados en cuanto estén seguras todas las condiciones y listas.

Las razones fundamentales por las que me decidí en este camino son las siguientes:

Aprendí con el tiempo que conocer el pasado, es comprender el presente y diseñar el futuro.

Solo comparto mis experiencias, nunca impongo nada y lo hago porque he tenido la oportunidad de vivir un largo y especial episodio de mi país, en particular con la música, plegados de envidiables momentos, el acercamiento y conocimiento a figuras y acontecimientos. Algunos de ellos resultan increíbles, inusitados, sorprendentes y lo comprendo.

Mis compañeros de generación de inmediato comprenderán, recordaran, los que ya muchos han olvidados, eso también les aporta vitamina a sus memorias.

Aprecio con mucha tristeza, que no todas las historias y razones son expuestas con la claridad, tan necesaria que necesitan nuestros jóvenes, razones más que evidentes del porqué de ciertos fenómenos de nuestra música actual, que se convierten en choques generacionales, conceptuales por causa de un gran vacío de información correcta y desprejuiciada.

No busco ningún extra en adquirir mayor celebridad y si ésta aumenta es porque este hecho, ante la frivolidad de otros, deja las puertas abiertas para ello.

Cada día descubro que nuestra música y los acontecimientos alrededor de ella, meritan un gran y profundo estudio, que está lejos de la imaginación y compresión de algunas personas, profesionales o no, funcionarios o no.

El tiempo pasa y el mundo se pone viejo, la memoria va desapareciendo, solo me queda la gran satisfacción de que, en nombre de otros que comparten la misma preocupación, pero quizás con miedo “escénico”, una vez más y en alta voz hago la advertencia.

NOTAS:

Foto de portada: Joaquín Betancourt. Tomada de Alba Ciudad

Tomado del perfil de Facebook de Joaquín Betancourt