Inocente Iznaga: El poeta de la carcajada

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Me parece verlo, con su sonrisa amplia y sus ojos pícaros, guitarra en mano y el indispensable lacito en el cuello, siempre de buen humor. Así recuerdo a El Jilguero de Cienfuegos, quien nació en esta ciudad el 28 de diciembre de 1930.

Su sonora carcajada se transformó en leyenda y realidad de la música campesina. A este genio travieso se le ocurrió inventarse la “Tonada de la Risa”, pues con gracia irreverente interrumpía la canción con una carcajada.

Inocente Iznaga González, bien armado de rimas y metáforas, se alzó caballero defensor de las raíces populares, de las tradiciones y la identidad. Fiel exponente de nuestra cultura, hoy es figura cimera de la historia musical cubana.

Nació en el pueblo de Arimao, en la provincia de Cienfuegos. Apenas si aprendió a leer y escribir, porque fue de los muchos niños campesinos que el hambre obligó a cambiar el pupitre por el surco. Cuentan los vecinos que la pobreza no pudo empañar su talento y desde muy chico cantaba guajiras, sones y guarachas en los guateques.

Al parecer aquella época de miseria le inspiró esta estrofa:

Me parece escuchar su risa melodiosa y sonora que le dio la vuelta al mundo cuando en los escenarios más lejanos daba a conocer la música campesina de su Isla amada. Su rigor, talento y entrega apasionada a este género lo hacen referencia obligada para las jóvenes generaciones.

Justo Vega, El caballero de la décima y el Indio Naborí, con quienes trabajó en el programa diario Patria Guajira, de esta misma emisora, Radio Cadena Habana, le llamaron El Jilguero, será porque les recordaba a la avecilla traviesa de alegre trino.

El 10 de febrero de 2012 la muerte impertinente logró acallar su carcajada.