En honor a la virtud

El jueves 25 de abril, a 48 horas de su centenario, se celebrará el Coloquio Mario Romeu in memoriam en la Sala Che Guevara del Instituto de Información y Comunicación Social, cita en calle M, esquina a 23, Vedado, Plaza de la Revolución.

El Coloquio forma parte de un programa de actividades diseñado para rendir homenaje a esta figura de la música cubana cuya trayectoria está íntimamente ligada a la radio y la televisión. La ocasión será propicia para presentar el documental Maestro de Maestros de la realizadora Gloria Torres.

Asimismo, habrá un panel conformado por destacadas personalidades, entre ellos el José Loyola, el Paterson, la compositora e hija del propio maestro, Belinda Romeu y el crítico, investigador y Director de la Cinemateca de Cuba Luciano Castillo, quienes abordarán la creación y personalidad de Mario Romeu desde diversas aristas.

Reseña Biográfica

La figura de MARIO ROMEU, es una verdadera leyenda dentro de la pianística y la música cubana, nace el 27 de abril de 1924. Hace su primera aparición en público, a la edad de tres años, tocando el piano a cuatro manos, con su padre Armando, fue así que la prensa habanera registrara y publicara junto a su foto, “No sabe leer ni escribir, y ya es un virtuoso”.

Iniciado en estudio del instrumento por su padre Armando y su hermana Zenaida, su prodigioso talento halló cauce certero en los estudios que orientó desde su adolescencia y hasta su etapa más decisiva y madura, el profesor Hascha Fischermann.

En 1937, a la edad de doce años, realizó una larga gira de conciertos por treinta y seis ciudades de los Estados Unidos, interpretando, el Concierto No 2 para piano y orquesta de Beethoven y la Fantasía Húngara de Liszt, la prensa lo catalogo como “niño prodigio”. Durante esta gira la Sra. Curtis, fundadora del Instituto Curtis de Filadelfia, el que fuera en los años treinta, el más exigente y destacado instituto de música a nivel internacional, le otorga una beca extraordinaria de piano, la prensa publica, “Triunfó un niño de doce años en Estados Unidos”.

Desde la década de 1940, la activa presencia de MARIO ROMEU, en el medio musical cubano constituía un hecho de extrema singularidad, tanto por la jerarquía de sus interpretaciones, como por la amplitud y versatilidad de su ejecutoría; lo mismo se le hallaba en el “Teatro Auditorio”, interpretando un comprometedor ciclo de Sonatas que, en un programa estelar de la televisión, ejecutando a dos pianos, junto a Ernesto Lecuona, algunas de las famosas danzas de este célebre compositor cubano. Podía tocar una noche las Variaciones Sinfónicas de César Franck, en grandes escenarios, pero esto no impedía que a la noche siguiente entrara en pleno señorío al estilo de los más grandes jazzistas de la época, junto a la Orquesta del Cabaret Tropicana, reconocida mundialmente entre las mejores de su género, o dirigiendo la orquesta del Teatro Fausto.

A finales de 1949, viaja a Venezuela, contratado por la Radiodifusora venezolana. En ese país también, actuó como solista, con la Sinfónica de Caracas dirigida por Thomas Meyer.

En 1950, con la fundación, de la Televisión en Cuba, desde su primera transmisión inicia su labor, siendo Fundador de la Televisión en Cuba, como Director Musical; Pianista, Director de Orquesta y Arreglista, acompañando, a intérpretes de talla internacional como Lucho Gatica, Liberace, Sarita Montiel, Edith Piaff, vistiendo de largo la música en ese medio. Desde este momento su vida artística estaría estrechamente relacionada a la Radio y Televisión, cubana.

En 1959, a la fundación del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), dirige, la Gran Orquesta del ICRT, junto a otros ilustres directores, siendo nuevamente, Fundador del ICR, desplegando, una múltiple y extensa labor, en la interpretación, acompañamiento y difusión musical abarcando todos los géneros y estilos, desde la música popular de Cuba y otros países, hasta lo más selecto del repertorio universal sinfónico o de cámara, ejemplo de ello, fue, cuando dirigió; la Rhapsody in Blue, del compositor George Gershwin, interpretado por el pianista Frank Fernández, y la Orquesta del ICRT.

Infinidad de artistas cubanos y extranjeros han actuado bajo su batuta. Suman miles las horas de programas de televisión y programas de radio, grabaciones, en los estudios del ICRT, Radio Progreso, la EGREN o el ICAIC, realizadas por él durante todos estos años. Los estudios de televisión y grabación, se convirtieron en su “medio natural”, verlo actuar no solo era, un maravilloso acontecimiento sino, un verdadero privilegio.

La obra como educador, de Mario Romeu, la desarrollaría, “durante 18 años”, en el programa creado, dirigido y conducido por la Profesora y Músico, Cuca Rivero, para el Ministerio de Educación y el ICRT, donde se llevaría la educación musical a 376 Escuelas Primarias, Mario, sería el “Pianista Invisible”, del programa, desplegando la imaginación de los niños, en esta labor alcanza singular relieve y significado, la colección de, Música Cubana y del Repertorio Clásico Universal, que MARIO ROMEU, fue interpretando, al piano, para los niños, durante todos estos años.

Como compositor MARIO ROMEU, tempranamente comienza a componer, entre sus obras destacadas se encuentra la música, original del musical para teatro, “Nuestros Maridos”, realizado en 1960, que se presentó, en la Sala Hubert de Blank, así como, el tema, Aquel Anochecer, que, durante años, identifico, el programa de televisión, del mismo nombre, la música original y orquestación, del dibujo animado, el Pececito Valiente, y otros muchos para niños. Su canción, Amar es Sonreír, fue finalista, del Concurso OTI, fue el autor, de la música original, del film “La Bella de la Alhambra”, que cuenta entre muchos temas originales su clásico Canción de Rachel, por esta preciosa labor, le fue otorgado el Premio Coral a la Mejor Música de Película, en el IX Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Al respecto expresa Mario Romeu, para la Revista Clave, en entrevista que José Amer, realizara en 1990:

Alicia Perea, destacada pianista y descollante animadora de la cultura cubana expresó:

MARIO ROMEU, no solo se ha destacado, por ser un músico genial, sino también por su entrega, su sencillez, calidad humana, humildad, su disposición permanente a compartir, apoyar y entregar sus conocimientos a todo el que se le acercaba, de forma desinteresada, dándolo todo, para desarrollar y afianzar la cubanía en interpretativa pianística de músicos ya formados así como rescatar apoyar e impulsar, los nuevos talentos, así lo hizo en infinidad de casos, de ellos el más conocido es el de Silvio Rodríguez, quien oriento en sus primeros pasos, apoyo abrió sus primeras puertas en la televisión, presentándolo en el programa Música y Estrella, que dirigía Manolo Rifat y donde MARIO ROMEU, era el director musical del programa, pero también realizando sus primeras orquestaciones de sus canciones y grabaciones con la Orquesta del ICRT.

Por todo ello y mucho más, a lo largo de su camino, MARIO ROMEU, se entregó a la música siendo esta su esencia fundamental y en suma su vida. Su magistral obra es considerada Patrimonio de la Música y la Cultura Cubana, su talento, carisma, humanidad y sencillez, su legado, nos deja un tesoro inigualable, ejemplo para las generaciones de hoy y del mañana.