Augusto Enrique

Augusto Enrique

Los primeros pasos del cantante cubano Augusto Enrique Hernández, en el mundo artístico sonoro, los dio con el Grupo Moncada, como uno de sus principales vocalistas.

Sus presentaciones en la escalinata de la Universidad de La Habana fueron sin precedentes, en tanto coadyuvaron a su éxito y notoriedad sobre todo entre los jóvenes, que apostaban por nuevos estándares melódicos.

Con Moncada permaneció varios años, hasta que determinó emprender carrera en solitario. Como solista, desarrolló una carrera meteórica, compartió escenarios, con varios músicos de reconocida valía, dentro de ellos Chucho Valdés e Irakere, Amaury Pérez, y Juan Formell y Los Van Van,

Junto al trovador Gerardo Alfonso hizo inolvidable el tema ʺYo te quería Maríaʺ, aunque los cubanos tenemos presente también ʺElige tú que canto yoʺ, de la autoría de Joseíto Fernández, popularizada por el Bárbaro del ritmo; y ʺBonito y sabrosoʺ, de Benny Moré, entre otros.

En 1995 una vez más actuó en la Escalinata de la Universidad de La Habana, en esta ocasión con el cantante y compositor italiano Jovanotti.

En igual calendario ofreció el concierto Help Ruanda, junto a Pool Yon, y Miriam Makiba. Y tres años después asumió la producción, dirección artística e interpretación de los programas trasmitidos desde La Habana con motivo de la visita a Cuba del Papa Juan Pablo II.

En el 2000, como parte de su ascenso profesional, actuó en el salón de convocatoria en Toronto, y en el Festival de la canción de San Remo, organizado cada año en la ciudad italiana de igual nombre.

En 2002 se presentó en el Estadio Flaminio, de Italia. Por esta fecha fue invitado por el tenor italiano Luciano Pavarotti, a participar en el espectáculo Pavarotti y amigos, celebrado en el Palacio de Novi Sad, de Módena,

Allí el cubano cantó a dúo con el tenor italiano la antológica pieza ʺChitarra romanaʺ, y compartió el escenario con el músico británico Sting, con el cantante, multinstrumentista, escritor y productor musical italiano, Andrea Bochelli y con el cantante estadounidense de soul y funk, Jimy Brawn.

Augusto Enrique posee una discografía rica. Cuenta con diez CD, dentro de ellos se contabiliza el disco Carambola del año 2000, definido como ambicioso proyecto en el que se recrea la música cubana de las décadas cuarenta y cincuenta, del siglo pasado, producida para formato de Jazz Band Cubano.

Con la placa colaboraron el compositor, orquestador, trombonista y director de orquesta cubano, Demetrio Muñiz, Joan Manuel Serrat, el periodista, escritor y conductor italiano de televisión, Gianni Miná y el también italiano Emilio de Alessandro. Este álbum marcó un punto de inflexión en su carrera.

Junto al Cd Carambola sacó al público un libro en el que resume la impronta de algunos protagonistas de la época, a través de anécdotas y entrevistas realizadas por él.

Con los nuevos propósitos el cubano creó su propia orquesta, nombrada Augusto Enríquez y su Mambo Band, agrupación con la cual recorrió los más populares escenarios del mundo, como parte de su labor artística.

Augusto Enrique estableció colaboración televisiva con la italiana Rafaela Carrá, en los espacios Raffaella y Carramba che Fortuna, ambos de elevada aceptación popular. En ellos el cubano demostró potencialidades para la conducción.

Entre sus composiciones están: ʺA pesar de la genteʺ, ʺCrece en tus sueñosʺ y ʺCuando yo sea grandeʺ; además, ʺDime que noʺ, ʺEl tiempo es quien resumeʺ, ʺFabioʺ, y ʺLluvia de corazonesʺ, de una lista mucho más amplia.

Atesora a lo largo de su carrera el premio Cubadisco 2004, por su CD La bolita, una placa en la que vuelve al mambo alternado con el bolero en el formato de jazz band, integrado por piano, contrabajo, batería, tumbadora, saxofón, trompetas y trombones.

En cuanto a referentes, Augusto Enrique creció a la sombra de la poesía de Silvio Rodríguez, como muchos de su generación, y al igual que el bardo de San Antonio de los Baños, hizo de la guitarra su aliada inseparable

Sin embargo, no se conformó con ello, y puso en su voz los acordes y la melodía de Frank Domínguez, y aunque parezca demasiado, quiso más, por ello se hizo acompañar de la Orquesta Sinfónica Nacional para llegar al alma de todos, desde el pentagrama del autor de ʺOjaláʺ.

Según sus propias palabras, hasta hoy se considera un compositor que expresa lo que siente de una manera directa. No es de grandes obras, aunque lleva un mundo de notas por dentro.

Hace varios lustros Augusto Enrique no reside en Cuba, pero sigue apegado a la defensa del pentagrama nuestro, el mismo que lo catapultó al estrellato.