La percusión cubana, con historias y protagonistas que la colocan en lugar privilegiado en la música internacional, atesora el nombre de Félix Alfonso Vidal, como uno de los que llevó su talento a varias agrupaciones esenciales en el son criollo.
Cuentan que gustaba mucho de la rica golosina a base de cacao, de ahí Chocolate, apelativo que le dio fama, a quien nació el 26 de febrero de 1920 en La Habana y, como su nombre, deleitó a muchos, pero con su exquisito arte sonoro.
La destreza de Félix Alfonso para ejecutar la tumbadora hizo que el mismísimo Arsenio Rodríguez no dudara en incorporarlo a su célebre agrupación, cuando el jovencito tenía apenas 20 años.
Muy similar ocurrió luego con la orquesta del maestro Félix Chapottín y con el magistral Conjunto Casino, entre otros colectivos, los cuales integró, a inicios de la década de los 50 del pasado siglo.
Chocolate Alfonso posee otro don incuestionable, al cual le debe mucho nuestro son, y es su poder para reunir a los mejores músicos en un momento, cuando se habían separado, algunas agrupaciones.
Fue en 1959 cuando surgió bajo su dirección el Conjunto Estrellas de chocolate, el cual tuvo una trayectoria espectacular, con artistas de gran valía y grabaciones que le han dado la vuelta al mundo con notable éxito.
Un detalle resultó determinante para encumbrar a Félix Alfonso y su agrupación. Se trata del tema “Fanía funché”, creado por Reinaldo Bolaños e incluido en Fiesta cubana, el primer fonograma de dicha orquesta.
Este título fue tomado por el músico dominicano Johnny Pacheco cuatro años después, le cambió la acentuación y denominó Fania Records a la disquera norteamericana que vendió la música cubana en Estados Unidos.
El origen del famoso sello catapultó a la cima a Félix Alfonso y sus Estrellas de chocolate, pues su innegable calidad fue mucho más reconocida y el director de la orquesta vivió sus escasos 59 años de edad como extraordinario defensor de lo más auténtico de nuestro son montuno.
