Archivos sonoros: memoria que no se puede perder

Los archivos sonoros y audiovisuales son patrimonio, bienes culturales y recursos de información que dan cuenta de las ideas, creaciones artísticas y hechos históricos que definen a la sociedad. Su preservación es una tarea ineludible, así como su riesgo de pérdida es un problema que afecta la sociedad actual.

PELIGROS

La preservación de los archivos sonoros está en un punto crítico de su historia debido a que día a día desaparecen miles de documentos sonoros como consecuencia del deterioro y la fragilidad de los soportes en que han sido grabados, así como por la obsolescencia de los equipos de grabación y reproducción analógica. Hasta ahora, la transferencia de contenidos analógicos a plataformas digitales (digitalización) es la única forma de garantizar la existencia del patrimonio sonoro; por ello la preservación digital de archivos sonoros constituye una forma de salvaguarda a largo plazo que ha modificado los métodos de preservación de documentos sonoros en soportes analógicos.

Durante muchos años se consideró a los documentos sonoros, también denominados fonorregistros , como documentos especiales frente al dominio del documento textual; fueron definidos a partir del universo librario y conocidos como documentos no librarios . Esta situación se comprende si tomamos en consideración que los documentos sonoros son recién nacidos frente al libro.

Los programas de radio, la diversidad lingüística de los pueblos originarios, las voces de personajes que han labrado nuestra historia, el testimonio de artistas, científicos, escritores, deportistas y políticos, los géneros musicales y el paisaje sonoro, entre otros, han sido grabados y resguardados en archivos sonoros (también denominados como fonotecas), los cuales se erigieron como las nuevas instituciones de la memoria y basaron sus fundamentos conceptuales, filosofía y principios en instituciones como las bibliotecas, archivos y museos, que desde hace siglos son reservorios del patrimonio de la humanidad.

Los antecedentes de la catalogación de documentos sonoros datan de 1942, cuando la Music Library Association publicó el Code for Cataloguin Phonograph Records . En 1995 se crearon las Reglas de Catalogación de la Asociación Internacional de Archivos Sonoros y Audiovisuales (IASA), como resultado del trabajo de equipo de profesionales de archivos sonoros y audiovisuales de todo el mundo. Esto significa que durante más de cinco décadas se reflexionó y se analizaron las características y la naturaleza del documento sonoro para crear reglas de catalogación de acuerdo con las características de este tipo de documentos. La catalogación de documentos sonoros es el proceso clave para recuperar contenidos y dar acceso a ellos.

Las grabaciones sonoras que se resguardan en un archivo sonoro documentan o consignan algo con un propósito intelectual deliberado y están formadas por el contenido informativo y el soporte en el que se grabó la información. Cada soporte de grabación sonora corresponde a una tecnología de grabación y reproducción sonora. Entre otras tecnologías podemos citar el fonógrafo, el gramófono, la grabadora de hilo magnético, el tocadiscos, la grabadora y reproductora de cintas de carrete abierto, así como el disco compacto. El contenido y el soporte habían sido dos componentes estrechamente relacionados e igual de importantes en los soportes analógicos de surcos de sonido (cilindros, los discos de surco grueso, transcripción, lacado y microsurco, etc.); en los soportes analógicos magnéticos (alambre, cinta magnética de carrete abierto, casete de cartucho y cartucho) y en los primeros soportes digitales de sonido (disco compacto, DAT, DVD y Blu-ray)

Se sabe que la permanencia de los soportes y en consecuencia la información sonora grabada no puede extenderse indefinidamente, por esta razón se debe hacer el mejor esfuerzo para conservarlos en condiciones que permitan su acceso y su uso el mayor tiempo posible. Los primeros procesos documentales que se aplicaron en los archivos sonoros derivaron de la experiencia de las bibliotecas y con el paso del tiempo se fueron desarrollando procesos específicos, de acuerdo con la naturaleza sonora de este tipo de documentos.

Los antecedentes de la catalogación de documentos sonoros datan de 1942, cuando la Music Library Association publicó el Code for Cataloguin Phonograph Records . En 1995 se crearon las Reglas de Catalogación de la Asociación Internacional de Archivos Sonoros y Audiovisuales (IASA), como resultado del trabajo de equipo de profesionales de archivos sonoros y audiovisuales de todo el mundo. Esto significa que durante más de cinco décadas se reflexionó y se analizaron las características y la naturaleza del documento sonoro para crear reglas de catalogación de acuerdo con las características de este tipo de documentos. La catalogación de documentos sonoros es el proceso clave para recuperar contenidos y dar acceso a ellos.

Conviene señalar que durante muchos años el acceso a los documentos sonoros estuvo condicionado a la disponibilidad de los equipos tecnológicos de reproducción sonora, así como al uso de copias que se ponían a disposición de los usuarios, a través de cabinas o servicios de escucha de discos, casetes y discos compactos, principalmente. Las audiotecas como espacios para la consulta de documentos sonoros eran espacios prácticamente desconocidos.

DIGITALIZACIÓN

La preservación digital y la digitalización son dos conceptos estrechamente relacionados. Se define a la preservación digital como las acciones específicas cuyo fin ulterior y a largo plazo es el de asegurar la permanencia y acceso del contenido de documentos digitales a lo largo del tiempo y las tecnologías, de manera independiente de su soporte, formato o sistema. Para lograrlo es necesario mantenerlos, lo que equivale a protegerlos y resguardarlos anticipada y permanentemente; en caso de deterioro o daño debemos tratar de restaurarlos.

A través del proceso de digitalización se convierte un determinado contenido, por ejemplo, el audio de una grabación, en una serie de valores numéricos. De acuerdo con las recomendaciones de expertos e investigadores la digitalización se basa en las siguientes recomendaciones:

  1. La digitalización se debe realizar sin compresión de datos, con base en los parámetros consensuados de muestreo y cuantificación de la señal digital.
  2. Se debe realizar la recuperación óptima de la señal analógica del documento sonoro con los equipos adecuados de grabación y reproducción sonora.
  3. La digitalización se ha de realizar sin alterar el documento original.
  4. Se debe incorporar un vínculo entre la media y la metadata a través de la clave alfanumérica de identificación (ID).

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