Un canto por la paz, el amor y la justicia

En estos tiempos de locura infernal, cuando el pueblo palestino sufre una vez más las consecuencias del odio y furor genocida israelí, quise acercarme al tema desde la música, intentando amenguar las penas ante tanto desastre y dolor.

De nuevo encontré la poesía en El Zurrón del Aprendiz —léase Silvio Rodríguez—, al recordar que en su alforja autoral, el cantor del Ariguanabo cargaba consigo un bella, enigmática y críptica canción, titulada “Jerusalén año cero”, en la que aludía «al rey de los judíos», «el hijo de los hombres», «El Cristo», «El Nazareno» que fue enemigo del Imperio romano, franca paradoja, porque en el presente, el estado judío es aliado de otro imperio que el héroe cubano José Martí nombró la «Roma Americana».

La referencia a la llamada ciudad sagrada, enclave de especial significado para las culturas palestina e israelita, fue una suerte de disparador para continuar mi búsqueda en el zurrón del trovador.

Por estos senderos la memoria dio con la vieja noticia del concierto que tuvo lugar en la Plaza de la Revolución, en La Habana, el 25 de marzo de 1989, como cierre de la Gira por la Patria de Silvio con Afrocuba.

En esa ocasión el cantautor Silvio Rodríguez leyó el poema “Halt” (Alto), escrito por el poeta y escritor cubano Luis Rogelio Nogueras en 1979, y referido a los horrores que el sionismo israelí le provoca al pueblo palestino, tras haber padecido los tormentos ocurridos en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Este poema, fue la introducción a la canción “Sinuhé”, del propio Silvio Rodríguez, que habla acerca de cómo en nombre de la paz se hace la guerra. En ella, el autor clama porque algo que debiera embrujar los misiles, //alguien debiera hacer estallar //el hongo de los derechos civiles //de los fantasmas que pueblan Bagdad.

La brutal agresión contra Gaza me impulsa a recordar algunos momentos de este concierto: