Ñico Saquito: músico y revolucionario

, Ñico Saquito

Compositor y guitarrista, pelotero, santiaguero, indómito, mecánico-fundidor, amante de la picaresca, de la chanza, de la sabrosura, del doble sentido. ¿Quién fue ese hombre, cuyas canciones, vida y pensamiento pueden ser objeto de una lectura polisémica?

Su nombre lo decía todo: Benito Antonio Fernández Ortiz más conocido como Ñico Saquito. El sobrenombre vino por su habilidad jugando contratado al béisbol en estadios de su natal Santiago de Cuba: «…no se le va una pelota…», alguien comentó, «… parece que tiene un saquito en la mano».  Y así se quedó para siempre con ese apelativo.

Su afición por el deporte  sin embargo, sería reemplazada por la música. En las primeras décadas del siglo XX, cuando la isla antillana rebosaba de cantautores, Ñico Saquito se abrió paso en la escena musical del país

Antonio Fernández es considerado el padre de uno de los más contagiosos ritmos de Cuba: la guaracha. El excepcional compositor, guitarrista y cantante, fue un ejemplo preciso de cubano carismático, pícaro y burlón, cualidades que sobresalen en la letra de sus temas. Un humor inteligente y perspicaz, lo cotidiano, lo identitario y  la cubanía, quedaron como legado de una de las figuras cimeras de la música de esta isla antillana.

«…Mis canciones nacen de un dicharacho, de un cuento que oigo en cualquier lugar, de un chiste…»— manifestó Ñico Saquito, que añadió  «…y, por supuesto, de las alegrías y sinsabores que me han sobrevenido en algún momento de la vida. Pero todas, completamente todas, tienen raíz popular».

Componen su herencia musical unas 500 canciones típicas de lo popular cubano, que abarcaron toda la gama de la música cubana.A su inspiración debemos boleros, chachachás, guaguancós, guajiras, sones, sones-montunos, rumbas e incursiones en otros géneros que demuestran su maestría y talento.

Hay que apuntar que Ñico siempre fue un rebelde. Su vida era la práctica suprema de la rebeldía. No en vano era santiaguero, de tierra caliente, de historia, de tabaco, de ron. Alguien dijo alguna vez que siendo de Santiago solo podía esperar de él un músico o un revolucionario. En justicia, él fue ambas cosas.

Muchos afirman que la génesis de “María Cristina” tiene que ver con algunos versos populares en Cuba (aún colonia española), durante la guerra de independencia, referentes a María Cristina, Archiduquesa de Austria, madre y regente del rey de España aún niño, Alfonso XIII. Es decir, los patriotas cantaban versos contra María Cristina, la Regenta, que los quería gobernar. Ñico Saquito, patriota también, retomó los versos e hizo de ellos un clásico de la guaracha.

En sus composiciones anteriores al triunfo de la Revolución ÑicoSaquito se metía con todo. Sobre todo se metía con el gobierno, vertebrando verdaderas obras para meterse con el gobierno, porque nunca congenió con los políticos de su tiempo.

Este genial intérprete y compositor fue aclamado en varios países de nuestro continente, entre ellos Venezuela, donde trabajó durante casi una década y recaudó fondos para apoyar a los combatientes del Movimiento 26 de Julio en la Sierra Maestra.

Después de una larga estancia en Venezuela, regresó a la patria en 1960. Cuando su grupo decidió permanecer en el exilio, retornó y continuó haciendo sus crónicas musicales para el disfrute de quienes en la Isla, aman y construyen.

Falleció el 4 de Agosto de 1982 en su tierra natal, Santiago de Cuba, tal y como lo había expresado siempre. El pueblo y los músicos, a la vanguardia, le acompañaron y entonaron piezas de su catálogo, en especial “A mi querido Santiago».