Las baquetas de Oro del Buena Vista Social Club

Amadito Valdés

Siempre resulta gratificante conversar con Amadito Valdés, percusionista reconocido a nivel nacional y foráneo, para quien la música es razòn para vivir.

Nacido el día de San Valentín de 1946 en la barriada de Los Sitios, una de las más musicales de la capital cubana, sintió desde pequeño la influencia del medio. Esto lo reforzó con su padre, (músico también) que acostumbraba a llevarlo a los sets de grabaciones, donde el pequeño se permeó de ese contexto musical hasta devenir en un instrumentista de altos quilates.

Con más de cincuenta años de carrera, asegura que la música popular cubana está en un buen momento, en lo afín con el talento de nuestros profesionales, y con el trabajo en las escuelas de arte del país: Quienes logran matricular en ellas luego de varias pruebas de aptitud, y concluir sus estudios, egresan con alto nivel académico, máxime cuando en nuestros centros de enseñanza artística ya existe la catedra de muisca popular, aseguró el percusionista.

Conversar con Amadito Valdez, a quien se le conoce como Las baquetas de Oro del Buena Vista social Club, es placer y oportunidad mágica para descifrar inquietudes en relación con la música popular y las nuevas generaciones. ¿Por qué es importante que los jóvenes cultiven la música popular cubana, con más recurrencia?

Porque la música popular cubana ha sido trascendental en la historia de la música universal, junto a Brasil y Estados Unidos, las tres potencias de la modalidad. Es un legado digno de continuar, por su riqueza estilística y valores sonoros y porque además representa lo auténticamente cubano.

Muchos aseguran que mientras disqueras internacionales hacen carrera con la música popular cubana de las décadas de los 50, y 60, del pasado siglo, en Cuba hay cierta resistencia a este tipo de sonoridad. ¿Por qué ocurre este fenómeno?

Pienso que responde a una subestimación por ese tipo de música, no van al ayer, tan importante en el desarrollo personal, van al hoy. Si no hay martes no hay miércoles ni jueves. Por eso es necesario que se conozca el origen de los ritmos actuales, con base en décadas anteriores. Es algo que se trata de revertir, pero se logrará, solo si se eleva su difusión en nuestros medios de comunicación, en conciertos… moverla.es la palabra.

Trabajó en varias orquestas cubanas, aunque su impronta por casi 3 décadas  marcó el ritmo acompañante del cuarteto Las D’Aida, ¿Qué significó para usted ser parte de esta banda femenina?

Algo muy importante, Aida Diestro, fue y es emblema de la música nuestra sobre todo de los cuartetos. Solo disfruté de su sabiduría 2 calendarios porque falleció, aunque me mantuve como timbalero en el cuarteto 27 años después. No obstante, el corto tiempo de permanencia junto a esta maravillosa mujer, fue decisivo en mi carrera.  Luego continué con otras integrantes de la agrupación entre ellas Xiomara Valdés, Teresa García Caturla, (Tete) Cary Dolet y Aymee Cabrera.

¿Alguna vez ha pensado hacer carrera en solitario?

Nunca he intentado hacer carrera en solitario, sucede que luego de mi participación en el Buena Vista Social Club, comenzaron a verme como figura protagònica del proyecto. Pero en realidad nunca intenté armar un grupo. Para un timbalero es muy difícil hacer carrera en solitario, el timbal no es instrumento armónico y eso limita las posibilidades.

En 1997, con Afro Cuban All Stars, dirigido por Juan de Marcos González, hizo una gira por varios países de Europa. Hábleme de sus experiencias en ese recorrido.

Fueron experiencias muy agradables, la gira fue la letra A de lo llamado después   Proyecto Buena Vista social Club. Fueron 2 meses por Inglaterra, España, Alemania entre otras naciones. La reacción del público fue maravillosa con la música tradicional en su totalidad, ¡sin innovaciones!, algo contrario a lo hecho por otros grupos, que interpretaban lo antológico con aires contemporáneos. En el caso del Buena Vista…tocábamos los temas de la misma manera de hace 60 o 70 años atrás. Creo que ahí está el enigma del triunfo del Proyecto, liderado por Juan de Marcos.

Se presentó también en escenarios de Los Ángeles, California; Boston; Washington, Nueva York. ¿Cómo percibió allì el gusto por la música popular cubana?

Fabuloso…recuerde que en el ámbito musical Cuba estuvo varada por situaciones políticas, pero cuando se retomaron los intercambios culturales, nos enfrentamos a un público conocedor de la música anterior a 1960, la misma que Buena Vista… les ofrecía.  Esto convirtió al proyecto en algo fuera de lo común, mantenido en el tiempo. El pasado año cuando estuve de concierto en Chile con Eliades Ochoa y mi hija Idania, constaté como se habla aun del proyecto como algo fuera de serie. Creo que Amaury Pérez Vidal tuvo razòn cuando expreso: “con el Buena Vista… se alinearon los astros”

¿Cómo marcha el mundo discográfico de Amadito Valdés?

Tengo solo un disco personal Bajando Gervasio, nominado a los Grammy Latinos, 2002, tiene su génesis en un disco grabado por mí en Nueva York titulado Deep rumba, en español Rumba profunda. En él participaron Rubén Blade,Horacio Hernández (El Negro), Paoli Mejías, y otras figuras de la música latina, fue producido por Kip Hanrahan. El disco se presentó en Tokio con una aceptacion fabulosa. Tiempo después de visita en Cuba un productor japonés, estuvo en mi casa y me propuso hacer un Cd. y lo hicimos.

Lo integran 10 temas, se caracteriza por la diversidad tímbrica y se reconoce como el disco más aglutinador de un timbalero. Participaron Juan de Marco, Maraca, Teresa García Caturla, Jesús “Aguaje” Ramos Redonet, Isacc Delgado, mi hija Idania, con temas de la autoría de Giraldo Piloto, Maraca, y Achy Lang, entre otros compositores. El titulo se lo puso Juan de Marcos por mi procedencia centrohabanera, en el entorno de la calle del mismo nombre: Gervasio

De igual manera atesoro una discografía importante con amigos, desarrollada durante mi carrera, de más de medio siglo, no es personal, pero la agradezco y quiero como si lo fuera, porque es parte de la fonografía cubana. Entre esos álbumes están: Estrellas de areito, Nueva visón, de Emiliano Salvador, y Bebo Rides Again, alegórico al regreso de Bebo Valdés al mundo de las grabaciones

Integra hace varios años el Artist Series de la empresa alemana fabricante de instrumentos musicales MEINL. Esta lanzó al mercado el timbal modelo Amadito Valdés, lo que lo convierte en uno de los pocos músicos del orbe que ostenta tal honor. ¿Cómo surge la iniciativa?

A inicios de los 90 firmé la exclusividad, para dar publicidad a la marca, ellos me consideraron por mi participaciòn como timbalero en los discos Estrellas de Areito entre otras cosas hechas. Pero cuando se hizo la película Buena Vista Social Club dirigida por Wim Wenders, y la venta de timbales creció como resultado del filme, donde aparezco como timbalero, me ofrecieron convertirme en el tercer timbalero con un instrumento propio, denominado Amadito Valdés, nombre con el cual salió al mercado. Atesoramos ese honor: Tito Puentes, el primero, Luis Conte, cubano residente en Estados Unidos hace muchos años, el segundo y yo.

Esto además de orgullo y reconocimiento en el plano personal, es algo para toda la vida, así como para la música nuestra, si bien en nuestro país, es un tema desconocido por algunos, mientras otros ignoran la trascendencia histórica cultural del acontecimiento.

El libro Amadito Valdés, Las baquetas de Oro de Buena Vista Social Club, lo considera un homenaje a su trayectoria.

Sin dudas, es de la autoría de mi amigo Orlando Matos. Se considera un libro biográfico, pero recoge la historia de mi vida hasta un momento, lo que permite hacer una nueva publicación actualizada. Se vendió al público en hoteles, y otros espacios.

Amadito, con la jovialidad propia de quienes son eternamente jóvenes, aclara que está jubilado, pero no retirado. Y comenta sobre sus proyectos actuales.

Hago labores muy puntuales, realizo clases magistrales alrededor de la onda del timbal, dentro y fuera de Cuba, participo en algunos grupos, colaboro pedagógicamente con quienes lo necesiten, mas no me considero pedagogo, y todo eso lo realizo de una manera tranquila.

Hay quienes lo asocian a la dinastía de los Valdés integrada por Oscar, Lázaro, Vicentico… ¿Cuánto de cierto hay en esto?

En lo familiar no me unen lazos; sucede que Valdés es un apellido bastante común en Cuba, hasta los niños de la Casa de beneficencia le ponían ese apellido. También están Bebo y Chucho, Valdés igual, pero de diferentes familias. Sin embargo a todos estos Valdés nos unen lazos musicales y afectivos, hemos hecho trabajos juntos a favor de la música cubana, aunque no conocí a Vicentico 

Para Amadito Valdés, percusionista con medio siglo de experiencia los estudios académicos son la base para el éxito de cualquier músico; desde su mirada es “el motor impulsor para desarrollar el talento”. Por eso recomendó a quienes aspiran ser respetados, exponentes del pentagrama nuestro: ESTUDIAR, con letras mayúsculas.