La luz en un César de la música cubana

César Portillo de la Luz

La Habana y toda Cuba se visten de largo cuando evocan a uno de sus creadores musicales más universales: César Portillo de la Luz.

Sus 91 años de existencia le permitieron componer obras de exquisita elaboración, darle vida a un movimiento estético renovador como el feeling, ser juglar no solo de temas amorosos, sino de todo lo humano y cotidiano.

Su nacimiento el 31 de octubre de 1922 en un barrio habanero le posibilitó crecer entre los sonidos de diferentes ritmos nacionales y foráneos, que perpetúan a la ciudad como una de las más musicales del orbe.

César no conoció la academia, pero su virtuosismo lo condujo a estudiar de forma autodidacta y aprender de expertos con los que desde muy joven trabajó en varias agrupaciones soneras.

Deleitarse con el arte sonoro, vivir para él, andar entre su gente, ser un bohemio, lo llevaron a apasionarse por un género más creativo, como el jazz y entenderlo como la libertad para dibujar melodías.

Así, junto a José Antonio Méndez y otros cantantes, fundó en la década de los años 40 del siglo XX el famoso movimiento del feeling, que mucho le debe al jazz, la trova y la poesía.

La fecunda y extensa vida de Portillo de la Luz lo convirtió en honorable maestro de la música cubana, con muchas de sus piezas utilizadas en el cine y grabadas por artistas de disimiles naciones.

El modo de concebir cada obra, su compromiso con el texto y la armonía, hicieron del ilustre habanero un mito en vida y luego de su deceso se mantiene como referente obligado.

Igualmente, resulta impresionante el número de versiones que tienen temas suyos en todo el planeta, entre otros, Contigo en la distancia y Tú, mi delirio.

No solo nuestra Isla agasajó en vida a César Portillo de la Luz, con las más altas condecoraciones de la cultura cubana, también en diversas latitudes pudo disfrutar la dicha de ser reconocido por sus aportes a la música de todos los tiempos.

En España, por ejemplo, el 15 de abril de 2004, en ceremonia efectuada en el Palacio Municipal de los Congresos de Madrid, la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música, le otorgó, en su VIII edición, el Premio Latino a Toda Una Vida.