Versos sencillos que salvan

Versos sencillos

Por Omar Echevarría

El 13 de diciembre de 1890, en una noche de poesía y amistad, como él mismo la calificara, José Martí lee por primera vez sus Versos Sencillos en una reunión con varios amigos. El volumen vio la luz al siguiente año, o sea, en octubre de 1891 y es, junto con Ismaelillo, de 1882, los únicos cuadernos de poesía que el Apóstol publicó y sufragó él mismo en vida.

Los Versos Sencillos constituyen una obra de madurez del poeta, de intensa y compleja sencillez, pues aunque parezca una paradoja, no tienen nada de simples ni sencillos en su estructura y contenido.

En el prólogo del libro Martí confiesa que estos versos le salieron del corazón en momentos de gran angustia y agonía, cuando en abril de 1890 se efectuó en Washington la Conferencia Panamericana donde Estados Unidos mostró sus verdaderos propósitos respecto a los pueblos latinoamericanos.

El volumen reúne 46 poemas compuestos por versos octosílabos que a veces constituyen cuartetas, redondillas o coplas, formas métricas muy populares en su época. Carecen de títulos y Martí prefirió enumerarlos, aunque generalmente se les conoce por el primer verso de cada uno de ellos.

Esta colección de poemas representó en el  momento de su publicación una verdadera renovación de la poesía en lengua castellana lo que convirtió a José Martí en el más importante e influyente poeta de su generación en nuestro idioma.

Son famosos estos versos por su espontaneidad y simbolismo, unido a que  muchos han sido musicalizados, convirtiéndose en los más conocidos del autor, en primer lugar, aquellos que son cantados en la mundialmente conocida “Guajira Guantanamera” de Joseíto Fernández.

También dos de los poemas de Versos Sencillos, La bailarina española y La niña de Guatemala, son recitados en nuestras escuelas por los estudiantes desde los primeros grados de la enseñanza.

Este poemario resalta los valores más importantes del ser humano, es una obra llena de colorido, de armonía y sonido. Martí tenía en ese momento 38 años, con un pensamiento político de avanzada, dedicado a la preparación de la lucha por la emancipación de su patria y una vasta experiencia en el terreno intelectual.

Muchos de los poemas que integran los Versos Sencillos adquieren un carácter autobiográfico con el uso de la primera persona del singular, cuando el autor se define desde la primera estrofa del poemario: «Yo soy un hombre sincero / De donde crece la palma, / Y antes de morirme quiero / Echar mis versos del alma».

En el último poema que integra el libro José Martí declara la importancia que para él tienen sus versos y la necesidad de depositar en ellos sus sentimientos al decir: «Yo te quiero, verso amigo, / Porque cuando siento el pecho / Ya muy cargado y deshecho, / Parto la carga contigo. Y concluye con esta convicción profética: Verso: o nos condenan juntos, / O nos salvamos los dos».