Un mandato de la conciencia hecho himno revolucionario

Carlos Faxas

«Ellos dieron un ejemplo de compromiso con las mejores armas que tenían, el arte».

Así definió Agustín Díaz Cartaya, autor de la marcha del 26 de julio, el acto heroico de la grabación clandestina de su Himno.  El arreglo y montaje  se realizó el 15 de febrero de 1957,  en un estudio profesional de Radio Cadena Habana, bajo el acoso policial, a riesgo de la vida de un valiente grupo de artistas y técnicos, liderados por el  prominente pianista, compositor, arreglista, y director de orquesta cubano Carlos Faxas.

Así respondió el combatiente y  músico a Cartaya en una entrevista de prensa:

«Me satisface haberlo hecho, pero no hice más que cumplir con un mandato de mi conciencia».

Prisiones y torturas no amedrentaron a este miembro activo del movimiento revolucionario

Faxas nació el 30 de octubre de 1921, en Manzanillo, en el oriente cubano. Su padre fue el mejor afinador de pianos de la isla, según el decir de su orgulloso hijo, y por ello el pequeño Carlos empezó a tocarlo por afición.

Su familia se trasladó  a La Habana en 1935 y con solo 14 años comenzó a trabajar en el Teatro Martí con la compañía infantil de Roberto Rodríguez, fue su prueba de admisión la partitura de Muñeca de Cristal, de Ernesto Lecuona. ¡Nunca escucharon aquellos oídos, bendecidos  por  los más diestros maestros, tan prodigiosa interpretación en un pianista tan joven!

Famosas orquestas le recibieron como carta segura de triunfo;  la de los Hermanos Palau, la Cosmopolita y el Teatro América  le abrió sus telones en una época en que todas las estrellas extranjeras actuaban allí. Faxas acompañó al piano a Pedro Vargas, Sara Montiel, Lola Flores, Tito Guizar y Jorge Negrete.

En los primeros años de la década del cincuenta fundó un cuarteto masculino para rellenar la programación musical de la televisión y la radio que entonces se hacía en vivo. Muy pronto se hizo famoso por sus actuaciones en los programas más estelares y también, por su protagonismo, durante años, en las revistas musicales del cabaret Tropicana dirigidos por el célebre Rodney. Grabaron cinco fonogramas  y actuaron como cuarteto vocal en los discos de otras estrellas cubanas como Olga Guillot y Fernando Albuerne.

Recibió, con toda justicia, la “Orden por la Cultura Nacional”, la medalla “Raúl Gómez García” y la réplica del Machete de Máximo Gómez. El 21 de septiembre de 2014 falleció  en La Habana, a los 92 años de edad el músico que sobrado de talento, prefirió la audacia para ser recordado.