Rey Montesinos: Una vida entre las cuerdas de la guitarra

Este 23 de agosto el guitarrista, compositor, arreglista y director de orquesta Rey Montesinos sopló nada más y nada menos que 78 velitas, y su onomástico fue solo uno de los tantos motivos que me llevaron a su apartamento del Vedado para conocer detalles de su vida que comparto con usted, lector.

Ante la pregunta básica sobre detalles de su nacimiento, me comenta:

Nací un día después que Pacho Alonso y uno antes que el gran Benny Moré, pero en años diferentes. Esto resulta para muchos una curiosidad musical, para mí otra de las razones para sentirme atraído por la obra de ambos.

El septuagenario artista confiesa que para él los medios de comunicación, principalmente la Televisión, fueron fundamentales en su desarrollo profesional y humano; dado que le exigió elevar su preparación técnica y gracias a ello pudo ocupar importantes responsabilidades, incluso fue director de la Orquesta del ICRT.

Le cuento, lector, que Rey Montesinos ama la guitarra tanto como la dirección de orquesta, por eso siempre está listo para ambos desempeños, aunque su complicidad con las cuerdas es de muchísimo antes, cuando tenía siete años de edad. Recuerda esa primera relación.

Un muchacho que recibía clases con mi mamá dejó la guitarra en la casa, la agarré y me atreví a ejecutar algunos acordes. Como era tan pequeño todos se quedaron asombrados y aunque no lo creas, con los años llegué a la conclusión que el más asombrado fui yo, pues nunca había recibido clases de música. Luego vinieron momentos de más formalidad, estudios sonoros, participación en programas infantiles y en pequeños conjuntos en mi ciudad natal, Pinar del Río, hasta que me bequé en La Habana en una escuela de música ubicada entonces en el antiguo colegio de Belén donde estudió Fidel.

Orgulloso evoca que Fidel visitaba la escuela con bastante frecuencia, jugaba baloncesto y voleibol con los estudiantes y en sentido general estableció muy buenas relaciones con todos los muchachos, esa fue la oportunidad que Montesinos aprovechó para acercársele y hacerle una petición.

Yo quería formar un jazz band con mis compañeros de beca, pero no sabía cómo lograrlo, se lo comuniqué al comandante, en una de esas visitas al centro y de inmediato nos buscaron los instrumentos y todo lo demás. Fue una experiencia bonita, y edificante porque de alguna manera la orquesta contribuyó al desarrollo musical de todos sus miembros, entre ellos del vocalista Fausto Durán.

En sus 78 años de vida, las anécdotas de Rey Montesinos relacionadas con el pentagrama musical cubano son incontables, pero hay una que permanece latente en sus evocaciones.

La escuela de música donde estudiaba (antiguo colegio de Belén) en su parte posterior colindaba con Tropicana. Todas las noches un grupo de estudiantes saltábamos la cerca y agachados mirábamos el espectáculo. Aquello para mí era mágico, pero a la vez inspirador, más de una vez soñé estar allí, batuta en mano, dirigiendo a ese grupo de músicos. Años después fui designado director de la Orquesta de Tropicana, donde me mantuve durante siete años.

Montesinos participó en el primer concurso de interpretación Adolfo Guzmán. Sobre el certamen el guitarrista explicó:

El Concurso fue diseñado por el Maestro José Ramón Urbay, como plataforma para premiar los mejores programas de la televisión cubana, pero, ante la repentina muerte de Adolfo Guzmán, el proyecto cambió y en su lugar se hizo un festival para reconocer las mejores canciones que tuvieran el estilo de las creadas por el connotado pianista. Fue así como nació el Concurso Adolfo Guzmán, con una primera edición, ganada por un tema de Marta Valdés con arreglos míos.

En su andar musical de más de medio siglo, Montesinos fue integrante del Conjunto Lirahabana, cortejó con su guitarra a múltiples figuras de la canción. En esa lista están Elena Burque, y Omara Portuondo; Fara María, y Fernando Álvarez. De igual manera tuvo el privilegio de trabajar con Pacho Alonso, de manera única, cuando este creó Los Pachucos. Con todos ellos, estableció una combinación perfecta, definida por el respeto mutuo, y el deseo de ofrecer presentaciones con calidad por ser la credencial más fidedigna de un artista, ante sus públicos.

En el momento de esta entrevista los objetivos del también arreglista se relacionan con la producción de un disco junto a su hija Leo, a quien acompaña ocasionalmente en la guitarra, dado que la joven es anfitriona de una peña en la Casa de Cultura de Calzada y 8, en el Vedado. Pero detalles de ese disco es material para un próximo artículo, por el momento finalizo con un video del concierto que nos regalaran Leo y Rey Montesinos como parte de la iniciativa Concierto Estamos Contigo.