¿Qué fue de Los Surik de Las Tunas?

En la década de 1990, en la explosión de la llamada salsa cubana, sonaba fuerte el grupo Los Surik, de la provincia cubana de Las Tunas. Llegan a convertirse en un auténtico referente para los seguidores del dios Orfeo del territorio.

Los recuerdo haber escuchado en la Marina Hemingway, en la época de oro del boom de la salsa cubana cuando ya dominan la partida: NG La Banda, Van Van, Adalberto, Revé, Dan Den, Isaac, Paulo FG; Manolin.

Entre sus más reconocidos directores menciono a Jorge Antonio Barley, quien se encargó de ensayar en la casa de José Luis Borrel, frente a la antigua tienda La Gran Señora (calles Lucas Ortiz y Julián Santana). Luego trasladaron sus instrumentos para la casa de Benny Revuelta, en la calle Gonzalo de Quesada, esquina a Lucas Ortiz.

Los Surik se inician el 31 de marzo de 1971, a través del Movimiento Nacional de Aficionados. Se destacan en aquellos festivales de la Isla de la Juventud en la Fiesta de la Toronja. Los iniciadores fueron: Benny Revuelta (saxofón y director), José Luis Borrell (guitarra), José Antonio Pérez (cantante), Walter Pérez (bajo) y Félix Catalá (batería). El bautismo del colectivo tiene una historia curiosa. Introdujeron en un bombo varios papelitos, cada uno con una letra del alfabeto escrita. Acordaron sacar cinco al azar, y aceptarlas siempre que permitieran formar alguna palabra. La fortuna les sonrió en el primer intento: tres consonantes y dos vocales: s k r u i. De las combinaciones posibles, se quedaron con surik. Así nacieron Los Surik.

Haciendo un recuento de ellos, al inicio fueron cinco músicos, cuatro de ellos cantantes aficionados que interpretaban boleros, sones, pop español, muy a lo beat contemporáneo y también algunos instrumentales con el saxofón de uno de sus integrantes llamado el Benny.

Amenizaban en las fiestas de quince y demás actividades de la ciudad. En su repertorio figuraban, entre otros, temas clásicos del pop español y norteamericano, e instrumentales que Benny recreaba con su saxofón. Asumieron luego diferentes formatos y se nutrieron de excelentes músicos, como Miguel Véliz, un tecladista bayamés que los dirigió y los elevó a lo más alto de su popularidad. Bajo su batuta se presentaron en España, México y Japón. Otros trabajaron durante algunas temporadas y después brillaron en otras agrupaciones de primer nivel.

En 1978 fracasa su intento de tomar parte en el XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes (1978), pero un año después logran asistir al Festival de las Artes del Caribe (Carifesta). Tuvieron una acogida fabulosa por las delegaciones asistentes.

A fines de 1980 se presentaron en el VIII Festival Nacional de Trabajadores Aficionados al Arte. Lo hicieron tan convincentemente bien que el jurado decidió adjudicarles el Primer Premio como grupo acompañante, el Primer Premio como grupo musical y el Gran Premio del evento, un lauro que se entregaba por primera ocasión. Ello lo acreditan para su ascenso en la vida profesional.

En 1981 viajan a Nicaragua, la primera agrupación tunera en actuar fuera de Cuba. Al año siguiente se evaluaron para profesionalizarse. A partir de entonces hicieron época con un repertorio que incluía sones, merengues, guarachas y boleros. Hicieron giras por todas las provincias y demostraron lo que se podía lograr con calidad, disciplina y perseverancia.

Los Surik tienen en su aval una primicia: en 1984 iniciaron la era discográfica en Las Tunas. En efecto, el fonograma fundacional consta de doce temas, la mayoría con la firma de miembros del grupo, y se grabó en los estudios Siboney, en Santiago de Cuba. Constituye una pieza de inapreciable valor para el patrimonio cultural tunero. Una década después grabaron su segundo y último disco con el sello Magic Music. Fue producido por Orlando Valle (Maraca).

Ya profesionales se inician en el año 1982, con énfasis especial en el trabajo armónico, mediante la utilización de estructuras complejas, puestas en función de la autenticidad de los géneros que interpretan, como el son, la guaracha, el merengue, la canción y el bolero, entre otros géneros.

Pablín (ya fallecido) fue un excelente cantante, finalista años después en el programa televisivo Todo el mundo canta. Y Paco Mesa brilló también como vocalista. Catalá se sentía a sus anchas en la batería, igual que Omarito en el bajo. Los bafles los diseñó José Luis Borrell, quien, además de músico, era gran aficionado a la electrónica.

En 1994 el grupo editó un disco que se llamó Alma Musical (CD (Magic Music 0003-3)). Algunos de los temas del disco fueron número uno en Cuba en esa época.

En su gran momento lo integraban quince músicos, algunos de ellos: Julián Galbán Cruz (bajo), Fernando E. Quintana (saxo), Herminio García Rodríguez (trombón), Gastón H. Allen Binhan (trompeta), Rolando Portillo Cedeño (trompeta), Arnaldo García Estrada (teclados), Eldo A. González Mantilla (piano), Pablo S. Machado Palmero (congas), Edilberto Machado Alba (pailas), Luis Alfonso Guerra Ramírez (bongo), José Eugenio Marín Tejeda (voz), Virginia Iznaga Cantero (cantante femenina), José Manuel Arnedo Rodríguez (cantante), Francisco G. Mesa Marrero (cantante), De igual modo por sus filas pasaron Basilio Márquez, quien llegara a tocar con Irakere y NG La Banda y el cantante Luis Frank de Afro Cuban All Stars del Buena Vista Social Club.

Ellos pasan al catálogo de Cubartistas y de la Agencia Nacional de Giras Artísticas, después Artex, con quienes emprenden giras por América Latina, Europa y Japón. En su mejor momento fueron elogiados por Chucho Valdés, como una de sus bandas preferidas de aquel momento.

Llegan a contar con transporte propio antes que la Original de Manzanillo. En ocasiones se unieron amistosamente con la propia Original… para poner caliente las tamboras. Interpretaban canciones de Cándido Fabré (“Acabo de llegar”, “Aquí si hay”, “Voy bajando”). También obras de Juan Formell, Adalberto Álvarez, Chucho Valdés y, otras de sus propios integrantes.

Lamentablemente muchas de esas canciones no se grabaron nunca en ningún disco, por lo que no podremos disfrutar de la gran calidad de los temas que crearon. Solo unos pocos tuvieron la suerte de disfrutarlos en vivo y en directo en los conciertos que dieron fuera de su país.

Muchos de los músicos de la orquesta se integraron a otras bandas, una buena parte fueron a residir a México junto a su director desde hace ya más de veinte años. La orquesta se mantuvo un tiempo en México.

En el siguiente video, realizado por Tunas Visión, la entrevista a Tony Barly; ex director de Los Surik, en ocasión del 50 aniversario de la agrupación: