Natalia Bolívar, agradecida de la vida

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Soñar y salir en busca de los sueños le da sentido a la vida de Natalia Bolívar, una creativa cubana que no envejece a sus más de 80 años de edad porque cada mañana un nuevo empeño la despierta. Cuando dialogué con esta extraordinaria mujer, comprendí por qué ella nunca aparenta su edad biológica. Siempre la acompañan historias para contar y obras para admirar.

Natalia, su vida está llena de sorprendentes recuerdos y conocimientos, ¿se siente agradecida de lo que le ha tocado vivir?

Si hubiera algo a lo que le diera gracias es a la vida. Soy un ser humano muy sensible y aunque tuve que enfrentarme a la tiranía de Batista durante la lucha clandestina que logró el triunfo revolucionario en 1959, no soy una persona “dura”. Me he hecho de una coraza para sobrevivir y trato de obtener grandes enseñanzas de lo muy malo que me ha tocado.

A nuestra entrevistada muchos la identifican por los collares que exhibe, como atributo de diferentes deidades del panteón yorubá, pero sus infinitos conocimientos trascienden los mitos de esta Isla. ¿Leer, conocer de diferentes culturas la ha convertido en una mujer sabia?

Yo no sé si soy sabia, pero sí ayudo a todo el mundo. La mayor sabiduría reside en saber aprovechar la vida en cada momento. Haber estudiado arte y trabajar para crear bellezas me amplió muchos horizontes. Mi temperamento inquieto me permitió descubrir cuánto podemos aprender de todas las personas, de la tierra y de cada circunstancia.

¿Cómo se inició en los caminos de las llamadas religiones afrocubanas?

Me enseñó mi nana negra, de origen congo, que nació en el seno de mi familia materna y me llevó a amarlo todo. Luego durante la construcción del Museo Nacional de Bellas Artes, coincidí con la folclorista Lidia Cabrera, hija del destacado filosofo Raimundo Cabrera, amigo de mis padres, y desde ahí la seguí a ella en cada paso para aprender de todas las religiones. Hice comparaciones a partir de ir a la iglesia todos los domingos, vivir con indios americanos mientras estudiaba artes en Nueva York y de estar con el islam.

Sabemos que Guanabacoa es un lugar al que la unen muchos recuerdos y al que visita más de una vez para dictar conferencias, presentar libros, retomar mitos como Arcadio Calvo.

Guanabacoa es una villa muy especial para mí. En ella vivió una tía abuela mía, poetisa y narradora de fábulas: Aurelia del Castillo. Pero la localidad me trae toda la historia de Cuba, siempre he estado atada a la zona. Aquí residió el más grande akpwón de Cuba, Lázaro Ross, fue como mi hermano, durante años trabajamos juntos en investigaciones decisivas para la cultura afrocubana.

Entre las confesiones de Natalia Bolívar no podía faltar su amor por la música y sus aportes a quienes la realizan en Cuba.

Estamos haciendo un disco, es sobre la influencia del negro en las artes plásticas y en la música. Yo soy muy musical, di mis primeras clases de guitarra clásica y tocaba para los jóvenes del movimiento clandestino antes de 1959 y ocurrió algo que cambió mi vida. Yo le había prometido a un compañero de armas que, si lo mataban antes que a mí, no tocaría más guitarra. Se trataba del revolucionario José Luis Gómez Wangüemert, yo lo quise mucho y el cayó combatiendo en el asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de1957. Desde donde yo estaba en el Museo de Bellas Artes lo vi caer y a los tres días le entregué mi guitarra en su tumba.

La emisora de la música cubana agradece infinitamente a Natalia Bolívar sus enseñanzas, y sobre todo su tiempo, ese que ella sabiamente continúa aprovechando a favor de la vida.

El siguiente video fue realizado por el Noticiero Cultural, en ocasión del cumpleaños 88 de Natalia:

NOTA:

Como homenaje póstumo a la intelectual y artista cubana Natalia Bolívar, fallecida este domingo 19 de noviembre de 2023, reproducimos esta entrevista que le realizara hace algún tiempo la periodista de Radio Cadena Habana, Katia Camejo Montpeller.