Martí no debió de morir

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Desde muy niño, en la escuelita primaria, recuerdo aquellas letras melódicas que decían: “Martí no debió de morir”.

Hablar de Martí y no hablar de música es como no hablar de nada, parafraseando a Gabriel García Márquez. Martí es el Apóstol, el Héroe Nacional de Cuba y la música es el alma de la cultura cubana, como dijera Guillermo Rodríguez Rivera en un programa de Amaury Pérez.

Todos los que leímos La Edad de Oro, nos encontramos amablemente con la música de la que habló Martí. El capítulo dedicado a “Músicos, poetas y pintores”, no puede dejarse de leer y degustarlo como algo muy especial. En el se acerca a Haydn Haendel, Beethoven, Weber, Mozart:

El investigador Salvador Arias escribió que:

El interés de Martí por la música cubana, máxime si tenía connotaciones revolucionarias, lo llevo hasta escribir la letra de una canción que musicalizó el tabaquero emigrado Benito O´Hallorans: “El proscrito”, cantada por los cubanos de la Florida.

Seguramente por estos días escucharemos canciones dedicadas a José Martí, algunas con sus propios poemas y textos. Los cantantes y músicos conforman un capítulo de diccionario. La lista de canciones relacionadas mostradas en Cuba y en el exterior dedicadas al Héroe Nacional de Cuba es inmensa: Jorge Ankermann, Guillermo Castillo, Sindo Garay, Olga de Blanck, Gisela Hernández, Leo Brouwer, José María Vitier, Carlos Gómez, Mario Daly, Freddy Laborí, Roberto Valera, Electo Silva, Rita del Prado, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Sara González, Amaury Pérez, Mike Porcel, y hasta Polo Montañez:

Una de las canciones que más se ha difundido en el mundo es la “Guajira guantanamera”, de Joseíto Fernández, con los Versos Sencillos de José Martí. En un rapto de imaginación, los versos los introdujo en la tonada el musicólogo Julián Orbón. Como ya sabemos, en 1962 el estudiante de música, Héctor Angulo, la mostró en el campamento Woodland Camp, Nueva York, donde la escuchó el cantor Peter Seeger.

Posteriormente Seeger la interpretó el 8 de junio de 1963, ante el público del teatro Carnegie Hall de Nueva York; seguramente lo hizo el grupo moderno y juvenil The Ring Brass y The Sandpipers y la canción con versos de Martí se convierte en un boom internacional.

Este es el homenaje a Martí y la música, para no olvidar.