Malpaso, nunca peor dicho

Mal-Paso

La vida es a veces extraña y paradójica. Yo, curiosa por oficio, quisiera saber porque se nombra así a esta compañía de danza contemporánea que para nada hace honor a su nombre.

Desde su nacimiento, el 7 de diciembre de 2012, en el Coliseo de la calle Dragones, su trayectoria ha sido siempre en ascenso. Aquel Cascanueces, del coreógrafo y bailarín Osnel Delgado, que se concibió a partir de la emblemática partitura homónima de Piotr I. Chaikovski, recibió el Premio Villanueva de la Crítica, que otorga la Asociación de Artistas Escénicos de la UNEAC.

El proceso creativo de Malpaso ha estado marcado por un afán colaborativo que ha fluido de manera natural desde su génesis. La solidez de su repertorio se distingue por colaboraciones con notables referentes de la danza mundial, como el sueco Mats Ek, el israeli Ohad Naharin, la canadiense Aszure Barton o los norteamericanos Ronald K. Brown, Sonya Tayeh y Trey McIntyre.

La esencia de sus logros se resume en las palabras concisas pero muy acertadas de Fernando Sáez, su director ejecutivo: “…tienen como misión crear una danza tan buena como sean capaces, para llegar tan alto como sea posible”.

Predicar con el ejemplo y exigir a sí mismo más que a los demás es el rol decisivo de su director artístico, el bailarín Osnel Delgado y la también bailarina y cofundadora Dayle Carrazana, quienes han defendido el compromiso estético y ético de Malpaso durante estos 11 años.

El diálogo artístico ha convertido a la compañía en una gran familia de bailarines y coreógrafos, pero también ha permitido ensanchar el espíritu colaborativo al otorgarle un rol determinante a diseñadores de vestuario y de luces, como Guido Galí, Ellen Ruge o aclamados músicos, como el multipremiado jazzista Arthur O’Farril, de ahí  la indudable calidad de su repertorio.

Malpaso figura en el registro del Centro de la Danza desde marzo de 2013 y además es compañía asociada al Joyce Theater de Estados Unidos. Se ha convertido en una de las compañías cubanas más solicitadas en las salas de renombre del mundo con un perfil internacional en crecimiento.

En estos 11 años de triunfos ininterrumpidos, su progresión no ha sido sólo a nivel artístico y físico, sino también intelectual. El rigor y el compromiso los ha convertido en uno de los más notables referentes de la danza contemporánea cubana, a buen paso, diría yo.