Por: Joaquín Betancourt Jackman (Premio Nacional de Música 2019)
Decir o mencionar por sí solo el nombre de la Orquesta Aragón, es ponerle el cuño como dice su tema de presentación, es ponerle el cuño de alta calidad, excelencia, buen gusto y elegancia.
La Orquesta Aragón ha dejado para la historia de nuestra música popular cubana algunos elementos musicales de suma relevancia; lo primero es un estilo propio de hacer música inconfundible y único, un gusto especial en la creación de sus arreglos musicales, el extraordinario virtuosismo en los solos de flauta del maestro Richard Egues, patrón inevitable de “pura cubanía” en ese instrumento, el abanico de timbal más famoso de la historia creado por su timbalero histórico Orestes Varona, el perfecto acople de sus voces en eso tan difícil en la música que son los unísonos, con sus correspondientes y carismáticas melismas, que han trascendido en muchas otras agrupaciones soneras y salseras del mundo, la súper calidad de las voces e interpretaciones bolerísticas, de Pepe Olmo y Felo Bacallao, el concepto espectáculo con el baile de este último y luego con el siempre recordado chelista de esa orquesta Tomas Valdés con su “Chaonda”, el perfecto acople de la sección de cuerdas que junto a Rafael Lay conformaron Celso Valdés y Dagoberto González, posteriormente el inconfundible Lázaro Dagoberto González, preservado por la nueva generación de violinistas de esa orquesta.
Y para el final de estos importantes elementos quiero dejar el ya desaparecido en nuestro escenario actual de la música, ese sentido de pertenencia, de orgullo, de defensa como una bandera y como una familia que sembró Rafael Lay Apesteguia, para todos los tiempos en esa orquesta.
Esta orquesta jamás hizo concesiones a su estilo y durante toda la vida con gran maestría ha llevado lo que estuvo de moda en lo musical a su zona de confort, con cero claudicaciones.
Con mucho placer y sentido del deber, retomo el tema Rafael Lay y la Orquesta Aragón, que inicié con la anterior publicación y por considerar muy corta para resaltar tantas virtudes de estos músicos glorias de nuestra música y cultura.
La historia de esta orquesta y su líder han ganado un lugar de innegable reconocimiento como ha correspondido a otros íconos de nuestra cultura y en especial la música cubana.
Alguien podía imaginarse que 70 años después de haberse fundado este monumento de orquesta, nos despertaran con la noticia de la obtención de un premio Grammy en dos ocasiones.
Finalmente, creo que estos hechos pasan de ser solamente grandes logros, sino que adquieren el relieve de grandes hazañas, y que éstas merecen permanecer en un sitio muy especial, que permita para todas las generaciones honrar, y yo voto por un monumento en su lugar de origen, Cienfuegos.
Tomado del perfil en Facebook de Joaquín Betancourt Jackman
