Leo Brouwer, inagotable tras la guitarra

Leo Brouwer

Por: Adalys Pérez Suárez

Cuando en 1998 Leo Brouwer se convirtió en el primero en recibir el Premio Nacional de Música, con el que en nuestro país se reconoce la obra de la vida en ese ámbito, pocos deben haber sido, si los hubo, los que con alguna razón válida cuestionaran la decisión del jurado que hizo la selección en aquella oportunidad.

Ya a esas alturas, la labor del Maestro dentro y fuera de Cuba, así como sus aportes a la cultura nacional, lo situaban a la vanguardia del movimiento artístico de la mayor de las Antillas en su más amplio espectro, aún si solo se hubiera tenido en cuenta su prestigio como compositor, concertista, director de orquesta y los estudios sobre la guitarra por él realizados.

Sin embargo, su obra no se detuvo ni se restringió entonces, mostrando hasta la fecha un cúmulo de acontecimientos capaz de causar vértigo; sobre todo si, más allá de los fríos números, se tienen en cuenta el talento, el esfuerzo físico e intelectual en que éstos se han sostenido.

Un catálogo que supera las 350 obras en casi todos los géneros y formas musicales; la conducción de más de 120 orquestas sinfónicas y agrupaciones de cámara de todo el Mundo; una discografía de alrededor de 850 registros; su participación como jurado en numerosos festivales; la creación de eventos de este tipo y su magisterio, con el que incidió en la formación de otros valiosos compositores nuestros, como José Loyola, Roberto Valera, Silvio Rodríguez o Pablo Milanés, son sólo algunos de los datos que aparecen en su biografía.

También en 2009 estuvo entre los primeros en recibir en nuestro país el Premio Nacional de Cine, distinción con la que se reconocía, no solo su condición como fundador del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos y del Grupo de Experimentación Sonora del Icaic, sino además la creación de numerosas bandas sonoras, entre las que figuran la de “Historias de la revolución”; “Lucía”, “Memorias del subdesarrollo”,  “Las aventuras de Juan Quin Quin” o la mexicana “Como agua para chocolate”.

Juan Leovigildo Brouwer Mesquida fue nombrado cuando nació en La Habana el 1 de marzo de 1939 aquel que, dándose a conocer como Leo Brouwer, ha honrado a su país en los más importantes escenarios del orbe y será, ya por siempre, parte de la historia de su cultura.

Fuente: Cubarte