Lealtad y Fidelidad

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Una anécdota revela las bases sobre la que se asentó la amistad de Eusebio Leal y Fidel Castro. En una ocasión intercambiaron pañuelos bordados con sus iniciales y Leal ante el hermoso gesto expresó: ʺLe doy mi Lealtad a cambio de su Fidelidadʺ.

Emotivas y profundas fueron las valoraciones de Leal sobre el Comandante en Jefe. Vio en él “a un hombre de la cultura, a un pensador que se prepara, estudia y nunca cree suficiente el conocimiento adquirido”. Destacó que ese conocimiento lo sometía a crítica constantemente a tal punto que “tú no puedes ir nunca ante él impreparado”.

“Ha sido un lector incansable —señaló—, ha leído de todo lo necesario para el conocimiento de la historia de la humanidad, de la cultura, la literatura, el arte (…) y una de las cosas que a todos más nos impresionó fue su capacidad de adquirir conocimientos y proyectarlos en sus relaciones y en su discurso político”.

Valoró que siempre lo acompañó la convicción de que “su destino estaba ligado indisolublemente a una causa de justicia social por la cual sacrificaría fortuna, tiempo, momentos para los amigos… todo cuanto fue necesario dejar a un lado para llevar adelante lo que él consideró justo, conveniente y necesario para Cuba”.

Fidel y Leal se conocieron en una visita del Comandante en Jefe al Centro Histórico, “Y a partir de ese entonces comenzó una aventura muy grande de espíritu para mí —confesó el Historiador de La Habana—. De más está decir que solamente por él entro yo en lo que un amigo llamaba el torrente, la marea de la Revolución”.

En medio de las dificultades que enfrentaba para el rescate de la parte antigua de la capital, Fidel lo invitó a un viaje a Suramérica, y al regreso, cuando sobrevolaban la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, el Líder Histórico de la Revolución le preguntó qué se podía hacer por La Habana Vieja. Derivado de los intercambios entre Leal y Fidel surgió el Decreto Ley No. 143 de octubre de 1994, “fue para mí el documento jurídico más avanzado en cuanto a la protección del patrimonio cultural que jamás se hizo”.

Agregó Eusebio que en medio del período especial “puso todo lo que está contenido en el documento al servicio de la obra, y no escatimó para ella todo tipo de atenciones. Luego me consultaba periódicamente, sobre todo preocupado porque a la restauración se uniera, de manera equitativa, la obra social”.

Tomado de Trabajadores