Por: María del Carmen Betancourt Iriarte
En el contexto organizacional del siglo XXI, y especialmente en lo relativo a la gestión documental (GD) y Archivo se propone un ambiente enfocado a las funciones de la administración y a la evidencia sustentada en los documentos en las entidades.
Desde las diferentes etapas de la historia se han realizado diversos eventos, tanto de experimentación y descubrimientos, como de estudios teóricos y prácticos en las entidades de información y documentación.
En la actualidad existe el desafío que imponen las tecnologías de la información y las comunicaciones con nuevos sistemas que permiten, de manera eficaz, la recuperación de la documentación en diferentes formatos y dispositivos gracias a la digitalización.
Por otra parte, coexiste en muchas instituciones la idea antagónica de que la gestión documental como proceso no los conducirá al logro del éxito empresarial, y contrario al sentido común, se alejan de la oportunidad de contar con un proceso devenido sistema que tributará al ordenamiento funcional de su negocio y a la estrategia, solo cambiando el paradigma.
Con la implementación de la GD en cualquier esfera de la sociedad, ¿qué correspondería hacer?

En el contexto organizacional del siglo XXI, y especialmente en lo relativo a la gestión documental y Archivo, se propone un ambiente enfocado a las funciones de la administración y a la evidencia sustentada en los documentos en las entidades.