La historia no es un montón de páginas escritas por quienes lograron la victoria, no puede serlo. Y los vecinos del barrio obrero de Pogolotti no me dejan mentir.
Luego de 113 años de escribir cada episodio en el diario de vida de esa comunidad habanera, los hechos continúan marcando la existencia de quienes la habitan.
En los próximos días, como cada febrero, las calles y casas de la barriada harán gala de su memoria, la de su gente, desde los fundadores, hasta los que heredaron cada recuerdo, cada oficio, la religiosidad, los bailes, incluso los derrumbes o los baches en la vía por el paso del tiempo y la desidia.
La diana mambisa volverá a sonar, a las 7 de la mañana, el sábado 24 para indicar la fecha en que se colocó la primera piedra que inició la construcción de este sitio, colmado de hechos y protagonistas de gran arraigo popular.
Desde el viernes 23 artistas aficionados del municipio habanero de Marianao, así como autoridades locales y promotores culturales comenzarán los festejos con el tradicional recorrido por los monumentos, que evocan a figuras destacadas de la historia del primer barrio obrero de Cuba.
Esta vez las remembranzas traerán nombres, que han dejado su impronta en estos 113 años de existencia de Pogolotti, entre otros, el humorista Alberto Luberta, el músico Oscar Valdés, el historiador Joaquin Olivera, al igual que los destacados vecinos Ramón el barbero y Rafael del Toro, tanto como otros no menos importantes, que presentes físicamente o en el recuerdo de todos, son esenciales.
Las artesanas de la barriada marianense, junto a los proyectos socioculturales de circo, danza, artes plásticas, música y literatura alegrarán durante viernes y sábado las calles y plazas con la presentación de sus obras para el deleite de toda la población.
Para el cierre de los festejos de Pogolotti se ha concebido una velada donde confluyan muchos de los talentos del territorio, brindando su arte en ese punto de la ciudad atrapado de historia y tradiciones.
