El más bello homenaje a la bandera cubana

Bonifacio-Byrne

Bardo de los entusiasmos y agonías de su pueblo en la lucha por su independencia. Así se pudiera definir la obra y el carácter de uno de los hijos eminentes de Matanzas; Bonifacio Byrne Puñales.

Este paradigma de la poesía independentista cubana nació el 3 de marzo de 1861. Ya adolescente frecuentó el Círculo Literario de su ciudad. En 1890 con Manuel de los Santos Carballo fundó el periódico La Mañana y luego, junto a Gumersindo Moreno crearía La Juventud Liberal; inició así su vasta obra en las publicaciones de su época.

Su primer poemario, Excéntricas (1893) fue recibido calurosamente por Julián del Casal, porque según sus propias palabras había «…interrumpido el tono monótono de la poesía cubana…» con un libro animado de un espíritu novedoso, sin innovaciones métricas, pero con desenfado y maestría en la versificación.

Prodigo en rimas, nos legó, entre otras ʺEfigiesʺ, ʺSonetos patrióticosʺ, ʺLira y espadaʺ, ʺEntre los míosʺ, ʺEl sueño del esclavoʺ y ʺMi Banderaʺ, obra cumbre de las letras cubanas. Ésta, la más famosa de sus poesías, caló hondo en la conciencia nacional, porque representaba la ansiedad de todo un pueblo que había luchado por una libertad que no significaba aún soberanía.

Los versos aparecidos en el volumen Lira y Espada, recogen las vivencias del poeta yumurino, a su regreso del exilio, recién liberada Cuba del yugo español. Al pasar junto a la farola del Morro habanero, en el barco que lo traía, Byrne vio que junto a la bandera de la estrella solitaria ondeaba la de Estados Unidos, como un símbolo de la ocupación yanqui en la Isla. De esa dolorosa vivencia nació su inspiración.

Ese mismo día en que arribó a La Habana, el 4 enero de 1899, en la calle Jesús María # 9 en Guanabacoa, escribió los versos que aún hoy son himno y convicción.

El 5 de julio de 1936 dejó caer su loada pluma para siempre, más la muerte no pudo callar su reclamo de independencia que hicieron realidad aquellos titanes barbudos el 1 de enero de 1959.

Los cubanos dignos reafirmamos hoy que no deben flotar dos banderas donde basta con una: ¡la mía!