Augusto Blanca, esencia de trovador

Augusto Blanca

Con 77 años Augusto Blanca, es un hombre de múltiples quehaceres. Vino al mundo en Banes, provincia de Holguín, donde estudió guitarra y se presentaba como aficionado.

En su primera adolescencia fundó el cuarteto Los nocturnos, que seguía el esquema de moda de esas agrupaciones. Ya en 1962 se trasladó a Santiago de Cuba, donde estudió artes plásticas, pero en realidad se vinculó mucho más a la música y al teatro, dos de sus grandes pasiones.

Augusto Blanca suele decir que nació por segunda vez en un taburete de la Casa de la Trova cuando se mudó a Santiago de Cuba con diecisiete años. Según cuenta el trovador, fue un descubrimiento, porque allí tuvo el privilegio de ver cantar en vivo al Trío Matamoros y a Sindo Garay, junto a otros.

Disfrutar de la sabiduría de las canciones de estos y otros grandes, lo llevó a crear a partir de la esencia. Es heredero del legado más autóctono de nuestras raíces musicales y le hubiera bastado con su canción “Regalo” para inscribirse en la historia de la trova cubana.

De niño, su primera vocación fue el teatro, incluso se inventó un retablo como parte de sus juegos infantiles. Luego participó en un grupo teatral con sus amigos y a los diecisiete años se fue a Santiago de Cuba motivado por su madre que era profesora de pintura.

La idea era hacer unas pruebas que le permitirían estudiar escenografía en La Habana. Pero llegó un día después y terminó graduándose de artes plásticas en las especialidades de dibujo y pintura.

En sus comienzos en Santiago de Cuba, Augusto Blanca también integró la Orquesta Típica Juventud, una charanga que dirigía su primo y en la que estuvo hasta 1972.

Tras graduarse de artes plásticas, optó por una plaza de escenógrafo en el Conjunto Dramático de Oriente que dirigían Raúl Pomares, Miguel Lucero y el argentino Adolfo Gutkin.

Gracias a las exigencias de este último, asimiló toda la mecánica del teatro y luego comenzó a hacer sus primeras escenografías, a la par que cantaba acompañado de la guitarra. Más adelante junto a María Eugenia García y el propio Gutkin comenzó una manera de hacer teatro que derivó en Teatrova, iniciativa que marcó su trabajo posterior.

Teatro y trova se presentan como otra de las felices interacciones en su vida, pues ha llevado ambos de manera paralela. Su incursión en Teatrova influyó notablemente en su obra y le ha servido sobre todo en la dramaturgia de sus canciones. Es decir, aprendió cómo estructurarlas, cómo proyectarlas y proyectarse él mismo en un escenario.

Partiendo de la más pura tradición trovadoresca cubana Augusto Blanca ha explotado durante años la capacidad escénica de la canción y todavía hoy sigue vinculado al teatro. O como dijera el autor de conocidos temas: «Sigo haciendo trova y teatro».

Su nombre se ha vinculado también a agrupaciones como Cabildo Teatral Santiago, Teatro Guiñol de Santiago de Cuba, Okantomí y Teatro Estudio, entre otros.

Durante 20 años fue también el director musical del grupo Guaicán, que acompañaba a Sara González, y desde 2003 mantiene su proyecto en solitario con una intensa entrega artística.

Augusto Blanca cuenta con una amplia producción musical donde destacan títulos imprescindibles como “A golpe de canción”, “Amor en los tiempos” o “Soñar a toda costa”. Su discografía la conforman numerosos fonogramas entre los que se incluyen Regalo, De regreso, Este árbol que sembramos y Luna trovera, por solo mencionar algunos.

En  2010 este trovador obtuvo el Premio Especial convocado por la Oficina de Silvio Rodríguez y los Estudios Ojalá con el CD La fuga de la tarde. Se trata de un álbum donde musicalizó los poemas de Rubén Martínez Villena para beneplácito de los amantes de la buena literatura y de la música.

Las Poblinas son unas deliciosas estampas costumbristas que Augusto Blanca reunió en dos fonogramas premiados en Cubadisco 2015. El término es una invención del propio trovador, un derivado de pueblo o de pueblerino, porque las canciones de este disco son precisamente eso, una especie de viñetas o pequeñas crónicas de su infancia y adolescencia en Banes, otras surgidas en Santiago de Cuba donde vivió mucho tiempo, hasta la última compuesta aquí en La Habana.

Dos años demoró el proceso de elaboración y grabación de Poblinas 1 y 2, el disco doble de Augusto Blanca en el que participaron destacados trovadores. Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Vicente y Santiago Feliú para interpretar algunas de estas estampas costumbristas al igual que Lázaro García, Pepe Ordáz, Rochy Ameneiros y Adrián Berazaín, junto a otros.

Más allá de este álbum, Augusto Blanca es uno de los creadores más versionados de la trova cubana tanto por cantantes del patio como foráneos. Para muchos la más interpretada de sus obras es “No olvides que una vez tú fuiste sol”, la cual exige de una gran voz y un mundo interior rico y sensible al que ya nos tiene acostumbrados este consagrado cantautor, que forma parte inseparable del Movimiento de la Nueva Trova.