Adde Olorum, academia para los rumberos

Adde Olorum

Javier Alba Horta conversa acerca de la agrupación músico-danzaria Adde Olorum, que lidera desde 2005, y la cual establece un nexo incuestionable entre la música cubana y la danza, como muestra de la riqueza interpretativa del grupo.

Adde Olorum surgió en el año 2005 a raíz de la entrada de Alba Horta a la comparsa Componedores de Batea, de Centro Habana, como director.

Liderados por Javier se determinó, tiempo después, reducir el número de miembros de la comparsa para hacer más realizable su asistencia a los eventos culturales.

A la nueva formación le llamaron Adde Olorum que en lengua yoruba significa La corona del Sol. Tiene entre sus principales objetivos mantener y rescatar las tradiciones identitarias de la barriada de Centro Habana, con énfasis en la rumba, como el entramado sonoro que mueve al séquito rumbero.

Asume los bailes afrocubanos, congos y lo popular desde el quehacer de 6 percusionistas y 2 cantantes, que recrean todos los géneros nacionales, sin perder la esencia de las tradiciones como propósito fundamental.

Los miembros evocan y bailan la rumba con todos sus elementos, tal como lo hacen con los restantes géneros.

Dentro de su amplio repertorio no existe un autor específico, incorporan a todos los hacedores de música típica cubana sin distinción de géneros. En la lista figuran mozambique, chachachá y mambo, entre otros. 

Cuando hacen el ciclo de la rumba interpretan las 3 modalidades, comienzan con el yambú, siguen con el guaguancó y concluyen con la columbia, por ser el fuerte de la agrupación y el móvil de la comparsa.

En el contexto del protagonismo de la rumba la agrupación atesora una obra titulada La componenda de la batea, que narra la historia de los Componedores de batea y da nombre a la entidad.

Su sede es la Casa Municipal de Cultura Joseíto Fernández, en Centro Habana, con presentaciones en el teatro América, y en los restantes espacios afines al movimiento de artistas aficionados.

Desde 2018 el grupo tiene categoría nacional dentro del movimiento de artistas aficionados, muestra fehaciente de calidad e impacto cultural en la comunidad; así como es acreedor de múltiples reconocimientos y les fue otorgada hace 2 años la beca Fernando Ortiz que otorga el Festival Timbalaye.

Tiene varias distinciones conferidas por el proyecto sociocultural Cabildo Quisicuaba, y por el Festival Timbalaye.

Desde sus inicios estuvo integrada por un grupo de jóvenes que con el paso del tiempo y al calor de la agrupación devinieron en bailarines, percusionistas o cantantes profesionales de agrupaciones como Raíces Profundas, Ronald y explosión rumbera y el Conjunto Folclórico Nacional

En la actualidad sus miembros se preparan para presentarse en el Festival de interpretación Joseíto Fernández, a celebrarse en septiembre y con posterioridad estrenarán en la Jornada de la Cultura Cubana un espectáculo en el que recrearán varios géneros músico-danzarios de la Isla.

Antes de la despedida Javier Alba Horta precisó que: «Aspiramos a que nuestros muchachos se conviertan en profesionales, no así la agrupación, pues perdería su esencia comunitaria: Ser academia para los rumberos».