Rolando Laserie en su centenario

Rolando Laserie

Rolando Laserie (Santa Clara, Las Villas, 27 de agosto de 1923—Miami, 26 de noviembre de 1998). El guapo de la canción no podemos olvidarlo porque, desde 1958, la firma Gema 1011 se aparece con un LP que causa sensación en las victrolas cubanas: Sabor-Rolando Laserie (Orquestación y dirección de Ernesto Duarte). Las canciones son: ʺMentiras tuyasʺ, ʺQué es lo que pasaʺ, ʺDomitilaʺ, ʺAmalia Batistaʺ, ʺEstás equivocadaʺ, ʺLágrimas negrasʺ, ʺEsta noche me emborrachoʺ, ʺBilongoʺ, ʺInolvidableʺ, y ʺHay que saber perderʺ.

Y, en 1959 otro cañonazo: LP 1117, con la dirección de Bebo Valdés: ʺSabor a míʺ, ʺLevántateʺ, ʺLa pachangaʺ, ʺQue te vasʺ (ahora que bajaron los alquileres).

Laserie, en esa etapa, me acuerdo muy bien, fue un cantante muy discutido, similar al caso del salsero Manolín 36 años después. «Conmigo siempre hubo mucha expectativa, el compositor Justi Barreto tuvo que escribir una canción titulada: ʺDéjenme en pazʺ, porque a mí me pusieron todos los motes: El destrozador de la melodía, El asesino de la canción, El guapo de la canción: Déjenme en paz/ te lo suplico que me dejen en paz/ que yo con nadie me he metido jamás/ y solamente estoy luchando por vivir, en la felicidad.

Rolando Laserie no fue una de las colosales voces bien timbradas y potentes, pero en su gran momento hizo temblar a todo el mundo con su estilo de cantar callejero, como un verdadero guapo de la canción. Por cierto, Helio Orovio lo defendió mucho; porque se trataba de un cantante distinto, con esa tradición que dejaban guaracheros como Orlando Guerra, Cascarita. El canto es muy libre, variado y diverso.

En septiembre de 1994, afortunadamente el investigador Helio Orovio se encontraba en Miami y tuvo la posibilidad de entrevistar personalmente a la leyenda de Rolando Laserie, después de 34 años de distanciamiento entre ambos:

Yo desde niño era musiquito. En Santa Clara, cada vez que había algo novedoso me buscaban, no sé por qué. Cantaba, bailaba y tocaba percusión total. Hubo un ritmo que se puso de moda La carioca que lo hacía Carmen Miranda. En una ocasión, ella pasa por Santa Clara, la contrataron para el teatro La Caridad. Como propaganda pusieron la orquesta Hermanos Cancio. Pero el percusionista estaba enfermo y me llevaron a mí. Yo tendría unos diez años, me subí en un cajón, pues entonces se usaban unos timbales grandecitos que le decían tímpanis, y toque los danzones en el vestíbulo. El público se admiraba de ver a un chiquito así. Después, en el concurso de bailes para ver quién bailaba mejor La carioca, gané el primer premio. Eso me estimuló a dar clases de solfeo, pero siempre tocando la batería, el timbal.

Así las cosas, Rolandito, a inicios de los años cuarenta, toca en una orquesta de Orestes García, llamada Los Hijos de Arcaño —imitadores del gran danzonero. Un día le dijeron a Arcaño: Hay un muchacho en Santa Clara que canta igual a Cuní.

Y era yo. Entonces al pasar Arcaño por Santa Clara, me fui con ellos hasta Santiago de Cuba, y allí me quedé un tiempo cantando con Los Muchachos Pimienta de la orquesta de Mariano Mercerón. Volví a Santa Clara, toqué en la emisora CMHW de Amado Trinidad hasta 1944, fecha en que partí a La Habana de polizón en un camión, pero no conseguí trabajo y tuve que dormir en portales frente al Capitolio. Pasé hambre, una completa (arroz frijoles y carne) costaba solamente 15 centavos que no era fácil de conseguir.

Después de muchos avatares, Rolandito logra trabajar como baterista de los cómicos Garrido y Piñeiro en la compañía de Arredondo, en el teatro Martí y en gira nacional. Tocó en una orquesta en los Aires Libres, frente al Capitolio, en el cabaret Mi bohío de la Playa de Marianao, con Los Hermanos Palau, en el Panchín, donde logró cantar y tocar la batería junto al grupo de Yoyo Casteleiro, que acompañaba a Olga Chorens y Tony Alonso. Se acuerdan de aquello que decía: El ratoncito Miguel, El chacachá del tren, Mis noches sin ti, con la dirección de Yoyo Casteleiro. Después Rolando viaja a Haití tocando y a veces cantando con la orquesta Requena.

Laserie tiene el honor de fundar en 1953 la mítica Banda Gigante de Benny Moré, el monstruo sagrado de la música cubana. Pero un año después decide organizar, en el cabaret Sans Soucí, un grupo donde podría cantar, lo acompañaba en la batería Blasito Egues –hermano del flautista Richard–, Rubén González, el pianista del Buena Vista Social Club, y Cachaíto en el contrabajo. Tocaron en la barra alternando con el cuarteto D´Aida.

En la historia de la música cubana hay muchos percusionistas que devinieron en cantantes, en la etapa actual: Alfonsito el de la orquesta Revé (1986) era percusionista; Robertón y Mario Rivera, Mayito: timberos estrella de Los Van Van, eran percusionista. Laserie no pudo convencer a los integrantes de la orquesta Requena, en gira por Haití, para que lo dejaran cantar; ni en un viaje a Colombia logró su tan ansiado deseo.

Me contaba el cantante Rolo Martínez que Guillermo Álvarez Guedes decide contratar para la disquera Gema a Laserie en una visita que realiza al Sans Soucí. El empresario buscaba al cantante Fantasmita para hacerle unas grabaciones, no lo encuentra y finalmente se decide por Laserie.

Parece ser que Laserie estaba en la misma cuerda que el Fantasmita, usar boinita y cantar tangos en estilo de bolero guapachoso o guarachero con ese toque de gozador que también tenía, como ya expliqué, Orlando Guerra (Cascarita). Total, que a Rolando, a modo de prueba, le graban dos piezas: ʺAmalia Batistaʺ(Rodrigo Prats) ʺMentiras tuyasʺ(M. Fdez. Porta) y «De ahí pa´arriba.

La historia está llena de cantantes que triunfan sin necesidad de contar con un aparato vocal superdotado. Se trata de voces que no cantan, que dicen la canción con un estilo, una manera especial. Timbres que expresan lo que un determinado público quiere y el público es el que decide todo sobre la base de las emociones, las imágenes y las evocaciones.

Laserie la puso contra el techo, en pocos días vendió 30 mil copias, cifra respetable en aquel entonces. Llegó a grabar 30 discos LP. El especialista Cristóbal Díaz Ayala lo presenta de esta manera:

Laserie juega con la canción de una manera coloquial, maneja con gracia el tempo y el rubateo, con un timbre inconfundible –hace su tiempo, dentro del tiempo. Ese es su estilo. Un estilo marcadamente con énfasis en algunos puntos del decir, sincopado, a su manera. En Buenos Aires lo aplaudieron a rabiar, cantando tangos clásicos como ʺLas 40ʺ, ʺEsta noche me emborracho bienʺ.

Laserie se caracterizó por dos cosas: la gorrita –llamada bolchevique-, una imagen que dejó plasmada, fue un regalo especial de Mongo Santamaría en Nueva York. Acostumbraba llevarla siempre al café Los Parados de Neptuno y Consulado.

El escritor Guillermo Cabrera Infante describía al cantante de esta forma:

Era cautivador, vestido en trajes de lino blanco y sombrero de Panamá o gorrita. Solía tomar café en Los Parados y lo hacía con mucho cuidado, para no mancharse el traje. Cantando era grande, segundo sólo de Benny Moré.

Y la frase “De película”, fue un símbolo, como “hierro” de Benny y “azúcar”, de Celia. Fue en una grabación en Radio Progreso, en 1958, Medardo Montero quiso borrar la expresión, pero Álvarez Guedes ordenó dejarla. Cuando aquello dice Laserie que la cosa en Cuba estaba tremenda. Otros han dicho que Laserie utilizó esa expresión ante el olvido de la letra de una canción.

Según datos del periódico El Diario La Prensa, Laserie en 1960 viaja a México con Bebo Valdés a cumplir contratos en Televisa. Allí se mantuvo un año, en 1962 viaja a Nueva York, graba allí ʺPachangaʺ. En 1965 a Venezuela donde se mantuvo varios años y cantó con la orquesta de Porfí Jiménez. Luego formó su orquesta, se presentó por toda América donde dejó una estela de simpatía. A fines de la década de 1970 se radica en Miami, pero siempre viajando. En Nueva York grabó con René Hernández, Charlie Palmieri, Tito Puente. «Qué adelantada estaba esa gente», dijo a Orovio.  En la década de 1970 graba dos discos muy vendidos: De película, y El guapo de la canción.

En la entrevista realizada por Helio Orovio vemos resuelto la inventada diatriba entre Laserie y el Benny:

A Benny yo lo conocía desde tiempos atrás, de nuestras andanzas por La Habana. Él era villareño, paisano mío y compadre.  En 1953 organizamos su orquesta Chocolate Armenteros, Limonta y yo, que fui el primer baterista de La Banda Gigante, hasta que un año después organicé un grupo en el cabaret Sans Soucí, donde yo cantaba. Acerca del mano a mano frente a Benny Moré, te aseguro que nunca tuvimos ese encuentro. Nunca existió competencia, tal controversia, jamás canté junto a Benny Moré en televisión. Benny era un genio de la música, era increíble. ¡Qué tremendo cantante! Se tomaba una botella de ron y luego hacía una tanda de dos horas.

Laserie falleció el 22 de noviembre de 1998, uno de los más famosos cantantes dijo: «Laserie era un hombre de muchas dimensiones, que musicalmente abarcó muchas épocas».  Vivió bastantes años en compañía de su esposa Gisela (Tita), con la que no tuvo hijo.

En la visita efectuada en mayo del 2004, Diego El Sigala me reveló que en la residencia de Jorge Perugorria escuchó grabaciones de Laserie, «que me dejaron pasmado con sus boleros arrabaleros, como lo hacían los tangueros y gitanos; espero grabar algo de eso para hacerle un homenaje al cantor cubano». 

Hasta aquí este homenaje a un cantante cubano, que donde quiera que haya vivido representó nuestra canción, nuestra música y nuestra cubanía. Siempre será nuestro.