¿40 años de la salsa?

«Una casa sin techo es como un baile sin son».
(Enrique Luis Muñoz Vélez, filosofo de Bogotá)

El productor musical de Santiago de Cuba, Alden González, en su Facebook, ha publicado acerca de la tradición puertorriqueña de celebrar en marzo el aniversario del Día Nacional de la Salsa y, en este aniversario 40, van a tocar Los Van Van de Cuba.

La palabra salsa se populariza con mucha fuerza con la creación hace 60 años de la Fania All Stars. La firma registra ese nombre de la “salsa” tan difundido desde siempre en Cuba.

A su vez, en Cuba y, en especial en la ciudad de Santiago de Cuba, en ese mes de mayo, justo el día 8, se conmemora el Día Nacional del Son (Decreto 19 de 2020 del Consejo de Ministros).

El día del son cubano fue una idea propuesta por el sonero Adalberto Álvarez. Ese día del 8 de mayo se conmemora el nacimiento de Miguelito Cuní y Miguel Matamoros

Es proverbial que Cuba alimenta casi todas las músicas de América, desde los tiempos de la colonia: La habanera estuvo presente en el tango, la samba, el merengue, la danza mexicana y hasta el jazz. La conga y la rumba les dan el toque afro potente a las músicas, como el reguetón que ahora se difunde.

El son con su formato (sexteto, septeto y conjunto), sirve a las músicas caribeñas, y a toda la llamada “salsa latina de Nueva York”. El mambo fue la primera gran explosión planetaria antes que el rock and roll de Elvis Presley y Bill Halley. El cha cha chá fue el baile sin igual que llenó a todos los salones de los Estados Unidos, según aparece en la prensa de la época. Primero que el tango, el bolero fue la canción continental, la que unió a los miles de parejas en toda América Latina.

En la década de 1950 las agrupaciones cubanas prácticamente inundaron los salones de los Estados Unidos: Fajardo y sus Estrellas, La Aragón, Sensación, La Sonora Matancera y Arsenio Rodríguez con un conjunto organizado en Nueva York, es guía de los grupos musicales que después se conformarían en la década de 1960.

No es necesario que hagamos una lista de las declaraciones de músicos, críticos, periodistas, investigadores y empresarios reconociendo los aportes de la música cubana, especialmente el son y la guaracha, en la música que en los 60 se comenzó a difundir globalmente.

En una presentación en YouTube, de Celia Cruz, la que más bebió de la fuente de la llamada salsa declaró:

La salsa fue un nuevo respiro, un nuevo aire de la música cubana a través de la Fania All Stars. Se hizo con algunos músicos y cantantes cubanos y caribeños en Nueva York. Con La Sonora Matancera yo cantaba esa música, esas canciones en Cuba como sones y guarachas como “La sopita en botella”, de Senén Suarez.   

La octava edición del Festival de la Salsa, uno de los eventos más populares, se desarrollará del 20 al 25 de febrero de 2024 en La Habana. Hasta el momento se confirma la participación de Los Van Van, Monika Mesa, Mayito Rivera, Manolín el Médico de la Salsa, Manolito Simonet y su Trabuco, Alain Pérez, Haila, Iván el hijo de Teresa, David Calzado y su Charanga Habanera, Chispa y Los Cómplices, Maykel Dinza y Soneros de la Juventud, Lazarito Valdés y Bamboleo, El Noro y Primera Clase, Paulito FG y su Élite, Elito Revé y su Charangón, Papucho y su Manana Club, La Original de Manzanillo, la orquesta de Adalberto Álvarez y su Son, Alexander Abreu y Habana de Primera, Issac Delgado; y por supuesto, Maykel Blanco y su Salsa Mayor.

Estoy de acuerdo con Alden González de que los eventos del son tengan todas las atenciones posibles dentro de las limitaciones existentes. Eduardo Rosillo, en vida, intentó fundar un salón dedicado al son, en la calle Vapor, donde residía. El local sigue allí, sin que nunca se decidiera darle apoyo a la idea.

Después vino Adalberto Álvarez (nacido por casualidad en La Habana), con el interés de darle ganancia (palabra utilizada por los directores musicales de radio en los momentos de importancia). También tenemos a Manolito Simonet, el más sonero de los músicos actuales, productor y animador de discos y proyectos musicales cubanos.

Soy de los que piensa que lo poco con lo que se cuenta en los presupuestos culturales, lo mayor debe estar encaminado a la música de más “genuina cubanía”, bailable, ¡la que hincha las venas de la alegría y la vida nacional!

Hay que asumir una posición de resistencia ante los saqueos musicales, como en los viejos tiempos de la colonia y los inicios del siglo XX, siempre nuestras propias músicas, nuestros ritmos nacionales (triunfadores) que son muchos, salvaron la música cubana.