ʺLo oculto y desconocidoʺ (Parte 14)

música urbana

Por: Joaquín Betancourt Jackman (Premio Nacional de Música 2019)

Cierto es que todos los análisis que se hacen acerca de la salud de la música cubana, apuntan hacia echar toda la culpabilidad de su estado actual, al desborde en el gusto popular por la llamada música urbana y en especial el reguetón.

Y digo música urbana actual, porque refrescando la memoria, hago el recordatorio de que el jazz, el góspel, el son, la rumba cubana, la canción de trova, la samba brasileña, el reague y el calipso, entre otros, son también de origen urbano, lo que con otros ingredientes culturales que les hicieron convertirse en joyas musicales para la historia.

Creo y comparto que los argumentos que culpan a la música urbana actual del deterioro en los cubanos del gusto musical, con su peculiar modo de crearse y sus mensajes en grandes proporciones agresivo y grosero, no deja de tener una poderosa razón.

Pero, adentrándonos en otros fenómenos, nos percataríamos de que no solo el problema es culpa de la música actual urbana y el reguetón.

Por ejemplo, siento un inmenso respeto por México hermano, pues nuestros géneros musicales, como el danzón, el mambo, el bolero, el son y el cha cha cha, han sido acogidos y defendidos como suyos siempre. Allí tienen un espacio que no transgrede ningún otro género de la música mexicana. ¿Podría explicar alguien por qué, y en qué momento en la preferencia de la población cubana, la música mariachi, sustituyó a la trova en las serenatas románticas, al son en las fiestas cumpleañeras y bodas? ¿A partir de cuándo nuestros egresados violinistas, comenzaron a ver un futuro mejor para su profesión y vida en los conjuntos de música mariachi, a diferencia de una orquesta sinfónica o agrupación de música de cámara y orquesta charanga?

¿Cuándo el camino se tornó de esta manera y por qué?

Pero bien, entre las otras culpas del deterioro del gusto y preferencia musical están también algunas acciones fallas, como lo son el desaprovechado tiempo de la poca relación entre lo mejor y más notables músicos con los centros de enseñanza de la música, dada por la apatía de algunos de éstos y sus responsables; el hecho de que por mucho tiempo era más fácil encontrar reunidos a los “buscadores de fortuna en la música” y funcionarios de ésta, en lugar de éstos últimos reunirse con mayor frecuencia con los más prominentes músicos y escuchar sus propuestas y experiencias.

Admiro y respeto el entusiasmo y esperanza latentes en algunos de mis compañeros y colegas ante esta realidad, con la fe puesta en que se torne reversible esta situación alguna vez; cuestión que, de ocurrir, estaría con toda honestidad y en primera fila dispuesto a admitir mi error de apreciación reflejado en esta reflexión y hacerlo público

Deseo vida y salud a todos para ver ese momento, pero por ahora, ofrezco mi más sentido pésame y condolencias para amigos y familiares en la esfera de la música cubana, por la lamentable pérdida de valores de ésta.

Tomado del perfil de Facebook de Joaquín Betancourt