Regreso al Corazón de Cuba: un concierto para la memoria colectiva

Regreso al Corazón

El teatro Karl Marx fue testigo de una noche que quedará en los anales de la cultura nacional. 

En el marco de la Jornada por la Cultura Cubana y del aniversario 50 del emblemático coliseo habanero, se clausuró la gira Regreso al Corazón, un proyecto concebido por el cantautor Waldo Mendoza, que ha recorrido la Isla dejando huellas de emoción, identidad y sensibilidad.

Bajo la dirección artística de Linda Soriano, la clausura se convirtió en un espectáculo total que fusionó música, actuación, televisión y confirmó el poder del arte como vehículo de comunión. 

La iniciativa —impulsada por la Casa Productora de telenovelas de la Televisión Cubana y la Agencia Musicuba de la EGREM— se concibió como el gran cierre de una cruzada cultural que tocó muchos rincones de Cuba y unió a generaciones de creadores en un mismo latido.

Desde la apertura, cuando Waldo interpretó junto a la joven Leydis Mariam Nápoles el tema de presentación “Regreso al Corazón”, la sala se colmó de una energía íntima y colectiva.

Este fue el punto de partida de una velada en la que la Casa Productora, representada por Legna Pérez Cruzata, expresó su gratitud pública al artista por haber llevado la música y el sentir de la telenovela a disímiles escenarios del país.

El montaje escénico recreó la atmósfera de un set televisivo, por el que desfilaron figuras vinculadas al exitoso dramatizado: la directora Loysis Inclán, el guionista Yoel Monzón y un elenco de actores que devolvieron al público fragmentos de las subtramas y emociones que enamoran a la teleaudiencia los lunes, miércoles y viernes por el Canal Cubavisión.

Cada intervención fue acompañada por algunos de los temas musicales que integran la banda sonora de la telenovela: “Es tan evidente», «Se me va la vida” y “Vuelve confusión», que identifican a los personajes, y que contribuyeron a que la frontera entre ficción y realidad se desdibujara ante la complicidad del público.

Entre los momentos más memorables estuvieron las interpretaciones de Tommy Delgado y Marelys Álvarez  (Leandro y Olivia); Gabriela Álvarez y Alejandro Cuervo (Alejandra e Ignacio), Linda Soriano (Leticia) y Delvys Fernández (Mariano), que reafirmaron la química escénica que los caracteriza. 

Destacaron también las interpretaciones de una escena protagonizada por Nora Elena Rodríguez (Lucía), Pablo Carrillo (Pedro) y Alejandro Palomino (Daniel).

La velada tuvo su instante más emotivo cuando Diego Mendoza, hijo menor del cantautor, ofreció una sentida versión de “Tu Ausencia” acompañado del niño Pablo José Peña González (Abelito) y su abuela Daisy Sánchez (Sonia).

Mucho se agradeció la presentación de la joven vocalista Fátima Johnson Fernández con “La Faraona”, performance que exaltó el arte del travestismo.

Otros rostros televisivos llegaron a la escena: Jorge Pedro Hernández (Carlos), Mayelín Barquinero (Isis Chaveco) y Fernando Ramírez (Miguel).

Tony Lugones (Adriano) regaló su estilo apasionado al tema “Lo más importante”, creación del músico Ronkalunga. Luego fue parte de un dinámico performance del artista urbano Black Imperator (César García Quintana), a quien Lugones calificó de talento incomparable.

La juventud también tuvo espacio protagónico con la agrupación D’wApe, dirigida por el pianista Waldo Mendoza Jr., que aportó frescura instrumental y una atmósfera de descarga contemporánea. 

El público celebró con entusiasmo la colaboración de Rey Gessa (Camilo) y Arian González (Eduardito), quienes revivieron el clásico tema de la aventura Los Papaloteros.

Los más jóvenes disfrutaron del ritmo contagioso de “Labios rojos”, dedicado al personaje de Amanda Peñalver (Viky), fruto del trabajo conjunto entre Waldo y el cantante urbano Fabicile.

En el tramo final, la actriz Anarelys Ruiz, en el rol de Cecilia, acompañó a Mendoza en una reinterpretación de “Mala hembra”, uno de sus éxitos del año 2012. 

El propio Waldo recordó con emoción que aquel año marcó su primera presentación en el Karl Marx, coliseo en el que ha ofrecido una docena de conciertos que resumen su camino entre la trova y el pop romántico. 

La presencia del clarinetista De la Peña añadió un matiz clásico al repertorio antes de llegar al momento cúspide: la interpretación de “Es tan evidente”, tema de despedida de la telenovela, que selló simbólicamente ese Regreso al Corazón que da nombre a la gira.

La noche concluyó con ovaciones prolongadas y la interpretación de algunos de los temas más emblemáticos de la discografía de Mendoza —“Cuéntale”, “Chiquitica”, “Alguien para mí”, “Vete con él”— como recordatorio de una carrera sólida y coherente. 

El concierto demostró que las historias nacidas en la pantalla pueden trascender los límites del medio y convertirse en espectáculos vivos, donde el público se reconoce y participa emocionalmente.

Mendoza y su equipo apostaron por la unión afectiva, la memoria y la identidad. El Karl Marx, una vez más, se reafirma como el teatro de los grandes acontecimientos, testigo del reencuentro de Cuba con su propio corazón.

Foto: Tomada del perfil de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, EGREM.

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