Josué Borges Maresma: El jazz es mi inspiración, mi todo, lo que me hace respirar

Josué Borges Maresma

Por: Thalía Fuentes Puebla

La pasión de Josué Borges Maresma siempre fue el saxofón. Las vueltas de la vida lo llevaron por otro camino y hoy toca con total maestría la flauta, el instrumento que, según él, más se le asemeja al saxo.

“Desde pequeño estuve involucrado en un ambiente musical. Mi familia paterna está formada por músicos, algunos de formación, otros empíricos, pero siempre estuvo presente en mi vida la música”, cuenta el músico a Cuba Joven, a pocos días de que se descorran las cortinas del Festival Internacional Jazz Plaza 2024.

Si bien enfocarse y el estudio constante siempre fue una filosofía de vida, Borges confiesa que sus primeros años fueron de adaptación, y conllevaron mucho sacrificio. Lejos de su familia, de su casa. La música se convertiría, asegura, no solo en su formación sino también en su compañera.

La vida del estudiante es maravillosa, añade cuando indagas en su paso por la enseñanza artística.

En esta misma línea, el flautista sostiene la tesis de que hacerse de un lugar es difícil, y aún más cuando las oportunidades son limitadas para las nuevas generaciones.

Sobre su manera de concebir la creación, Josué dice que la música cubana es la esencia de todo. Está latente en cada composición y trata de proyectar todos sus elementos. “La música afrocubana no está presente directamente en mi trabajo, sino que me llega a partir del subyacente en la música cubana y en el jazz. La manera en que ejecuto mi instrumento está más vinculada a mi interés por el saxofón”.

Por otro lado, el jazz es su todo, lo que lo inspira desde joven, la que lo hace respirar. “Me fascina el jazz, su historia, sus protagonistas, lo sublime de una banda que vive a tope el momento de tocar. Desde que lo descubrí ha sido mi motor impulsor”.

Josué Borges Maresma cree que lo que lo distingue del resto de los músicos es precisamente la manera de tocar la flauta. “Es una forma muy personal, la que he encontrado para llegar al jazz sin el saxofón. Al verla como tal he descubierto en ella muchas posibilidades que se reflejan, por supuesto, en mi manera de ejecutarla”.

A propósito del Jazz Plaza, el flautista lo considera un evento importante, la posibilidad que tienen los músicos de compartir e intercambiar con colegas del medio, nacionales e internacionales. “Sin embargo, siempre creo que se requeriría de un mayor número de espacios para que los jóvenes músicos tengan más oportunidad de insertarse en el circuito y tocar. Abogo mucho por la integración de las generaciones, que creo que es una carencia más a nivel de la vida institucional en Cuba”.

El joven músico alega que se encuentra en un momento de más madurez en su carrera, o al menos, de transición. “Conozco más a mi instrumento, he explorado mucho, dedico tiempo importante al estudio y eso me ha ayudado a entender más el medio”. Aunque no se considera un músico exitoso, la clave del éxito para él está en la constancia del día a día y en no buscarlo.

Borges no se imagina ejerciendo otra profesión. Es imposible. “La música para mí es un regalo de Dios, por eso la tocamos hasta la última nota”.

Fuente: Cubadebate
Foto: Cortesía del entrevistado