Innovación Abierta: Un espacio para el conocimiento y la estrategia empresarial

Por: María del Carmen Betancourt Iriarte

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define a la innovación como acción y efecto de innovar. En otra acepción del término se refiere a la creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado. De manera que la innovación es, en síntesis, tomar lo que ya existe, reconstruirlo, rehacerlo, reorganizarlo añadiéndole un nuevo valor.

El desarrollo guía hacia nuevos enfoques en los entornos empresariales y en particular a la información y documentación. Vale la pena recordar la frase que, a modo de mensaje, Albert Einstein enviaba a la humanidad necesitada de progreso y donde sentenció:

En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.

En consecuencia se trata de hacer un puente de intercambio de experiencias, conocimientos, buenas prácticas entre entidades con el objetivo enfocado a ganar en calidad de servicios, productos y recursos humanos. En este sentido la innovación abierta (del inglés Open Innovation) es un estilo para crecer organizacionalmente.

Ante estas interrogantes es preciso definir para entender que es innovación abierta. Este término fue descrito conceptualmente por Henry Chesbrough, director de la facultad del Centro Garwood de Innovación Corporativa y profesor de la Escuela de Negocio Hass de la Universidad de Berkeley, California, Estados Unidos. Este autor hace énfasis en que este concepto viene del opuesto a la práctica de innovación tradicional que hacen las empresas de manera muy secreta, enfocada en I+D, poco colaborativo, dicho de otro modo, “innovación cerrada”. Además, indica como Innovación Abierta “al uso de entradas y salidas intencionales de conocimiento para acelerar la innovación interna y expandir los mercados para el uso externo de la innovación, respectivamente”.

Para la gestión documental y Archivos la difusión es un reto, teniendo en cuenta esta como actividad comúnmente utilizada por las sociedades. Por ende dar publicidad a las personas e instituciones. De ahí su vínculo con la innovación abierta porque en la medida en que se establezcan interacciones organizacionales aparece el rema como nuevo conocimiento, logrando el efecto de bonificación, traducido en ventaja empresarial.

En este sentido los archivos no se han quedado atrás, como fruto del quehacer de la sociedad, también han dado uso a la difusión como instrumento de autoridad, permitiendo salir de su entorno material para exponer su importancia, la riqueza documental que custodian y descansa en sus fondos. Ello facilita el posicionamiento de este con una proyección de rentabilidad en los servicios atrayendo a nuevos usuarios, con visibilidad interna y externa, así como influenciando al cambio de concepción de directivos y archiveros.

Es fundamental favorecer un cambio de proyección en los espacios internos y externos. En lo interno es preciso que el Archivo cumpla con los requerimientos de satisfacción de las necesidades de información y documentación de los usuarios, lo que significa extender su

radio de acción promocionando el valor del patrimonio que atesora. Y desde otra perspectiva en el aspecto externo su objetivo deberá estar enfocado a lo social, donde los especialistas en Archivística incidan en otros entornos rompiendo inercias, visualizando nuevas estrategias, enfrentando limitaciones materiales para el trabajo con la documentación y desafiar nuevas oportunidades.

Se ha identificado que la innovación es un proceso en el que convergen información, documentación y conocimiento, tres piezas que influyen en la estrategia empresarial de manera que habrá que replantear nuevas decisiones para la gestión en sentido general. Sin embargo a pesar de los beneficios que aporta la incorporación de la innovación abierta para cualquier sistema de gestión y en particular el documental, aún no existe aceptación acerca del valor estratégico de estos sistemas abiertos por desconocimiento y poca práctica de las organizaciones.