Eduardo Saborit

Eduardo Saborit

Eduardo Saborit Pérez (Campechuela, 14 de mayo de 1911—La Habana, 5 de marzo de 1963) fue un guitarrista y compositor cubano. Incursionó en temas como el triunfo de la Revolución cubana, la Campaña de Alfabetización, la Lucha Contra Bandidos, la fundación de organizaciones en defensa de la Patria, entre otros aspectos, lo que de manera magistral dejó plasmado en su obra artístico musical.

Conocido también como el Cantor de la Revolución, Saborit se formó musicalmente de la mano de su progenitor, de igual nombre, a la sazón músico de profesión y arreglista, y ejecutante del órgano. Pronto formó parte de la Banda Municipal de Concierto de su natal Campechuela, como ejecutante de la flauta, pero debido a una dolencia le fue prohibido tocar instrumentos de viento.

Para no perder tiempo, comenzó los estudios de guitarra clásica, y uno de los profesores que lo guio en el conocimiento del instrumento, contribuyó en el desarrollo de Saborit para que este se dedicara a la guitarra y a la composición.

Quienes lo conocieron lo describen como una persona de buen carácter, entusiasta, optimista, amable, emprendedor y portador de amplios conocimientos. Abrazó el afán revolucionario en la lucha contra el régimen, por lo que fue objeto de persecuciones y desmanes, que lo obligaron a cambiar de ubicación en varias oportunidades.

De Campechuela pasó a residir en Niquero, y de allí a Manzanillo. Desde esta última ciudad se dirigió a Camagüey, donde formó el trío nombrado La clave azul, con el que actuaba en disímiles actividades, incluso, fue llamado a Santa Clara para actuar como guitarrista clásico.

Eduardo continuó laborando como músico y compositor. Se conoce que durante la II Guerra Mundial apoyó una convocatoria realizada para llevar la recreación artística a los soldados y así estuvo en varios puntos de Europa. Al regresar a la Patria, Saborit y su conjunto campesino realizaron una extensa gira por Cuba.

Al triunfo de la Revolución, en enero de 1959, Saborit se entrega en cuerpo y alma al proceso revolucionario y llevó al pentagrama distintos géneros y facetas de la vida como él sabía hacerlo: himnos, marchas y canciones que reflejaban el quehacer del pueblo.

Se incorporó a la Campaña de Alfabetización como asesor. Compuso la letra y la música del Himno de la Campaña y el de la brigada Conrado Benítez. Dejó, para la historia, además, la conmovedora canción Despertar, inspirada en el contenido de una carta enviada a Fidel por uno de los alfabetizados.

Visitó varios países, entre estos Hungría, Alemania, Finlandia, España, Francia y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. A su regreso del extenso periplo, compuso otro de sus resonantes éxitos: la canción Cuba, qué linda es Cuba, que fuera largamente aplaudida en el XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes,

Más adelante rubricó otra de sus más apreciadas composiciones: Conozca a Cuba primero y al extranjero después, que le mereció la Medalla de Oro de La Habana.

Saborit escribió boleros, sones, guarachas, canciones, sucusucos, canciones, himnos, marchas, canciones infantiles y villancicos. Además de los títulos ya mencionados, también merecen destaque El guarapo y la melcocha, El caballo y la montura, La guayabera, y Tócala con limón.

Fuentes: Ecured e Invasor (Ciego de Ávila)

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