Este lunes el conservatorio Amadeo Roldán en el municipio de Centro Habana, vivió uno de los momentos más memorables de su historia con la gala cultural por el aniversario 120 de su fundación.
Al decir de los presentes fue un tiempo mágico de recordación y rencuentro entre quienes en algún momento pasaron por las aulas del centro docente y se convirtieron en músicos, musicólogos y otros especialistas afines con el mundo de las corcheas.
En mi caso particular nunca antes había visto el lugar tan abarrotado de gente yendo de aquí para allá, entre sencillos saludos, fuertes abrazos, estrechones de manos y el usual beso que nunca faltará entre los cubanos, pues forma parte de nuestra idiosincrasia.
También aprecié lágrimas como parte de ese ambiente de hermandad difícil de distinguir en estos tiempos.
Pero si emotivo fue ver a tantas personas reunidas de diferentes generaciones, más lo fue cuando por el escenario del teatro de la institución desfilaron estudiantes, quienes expusieron lo aprendido, ante un público que con ovaciones demostraba satisfacción y orgullo.
Se presentaron danzas a 4 manos, el estudio melódico de Alberto Orefice en un solo de fagot; “La gran rebelión”, de Frank Fernández, con cuarteto de cuerdas; solos de violín, así como “Los tres golpes” deIgnacio Cervantes.
Brillaron también temas como “El Manisero”, de Moisés Simmons, “El Cumbanchero”, de Rafael Hernández, el icónico “Pensamiento”, de la autoría de Rafael Gómez, (Teofilito) y la orquesta Cuerdas Profundas bajo la batuta de Lázaro Dagoberto González, en un tema del francés Michel Legrand, entre otras actuaciones.
La gala por los 120 años de la fundación del conservatorio Amadeo Roldán fue un momento sorprendente y bien merecido para una prestigiosa institución cubana que ha marcado un hito en el acontecer de un siglo de enseñanza de la música en Cuba y en la práctica de compositores, intérpretes teóricos y pedagogos musicales.
