Con la ternura custodiando el porvenir

votaciones

Una nueva jornada de reafirmación revolucionaria vivirá el pueblo cubano este domingo 26 de marzo.

Se trata de la votación en las urnas de cada circunscripción por el voto unido a favor de los candidatos a diputados a la décima legislatura de la asamblea nacional del poder popular.

Ya la prueba dinámica del domingo 19 evidenció que todo está listo para realizar el sufragio de manera ordenada, con los requisitos que exige este evento.

Luego de aprobada la nueva constitución esta es la primera votación en el país para elegir a quienes nos representarán en el parlamento cubano a partir de ahora.

Pese a la difícil situación económica que atraviesa la Isla, luego de la pandemia y con el recrudecimiento del bloqueo yanqui, existe una inmensa mayoría de ciudadanos decididos a dar la batalla por un futuro mejor para sus hijos y nietos.

No son pocas las campañas difamatorias que enfrenta la nación, no obstante, cuando se siente la solidaridad entre vecinos, en las paradas de los ómnibus, y hasta en los propios medios de transporte, surgen iniciativas para resarcir cualquier desgarradura. Es inútil el empeño enemigo por cambiar el rumbo de esta sociedad socialista.

La decisión de seguir este camino difícil no lo dictó un decreto. Nació de las vivencias de más de cien años de luchas libertarias. Hoy quizás el gran deterioro de muchas infraestructuras socioeconómicas, siembren dudas en algunos, pero cuando se valora, por ejemplo, el logro de la inmunización contra la Covid-19 con vacunas propias, no son pocos los que encuentras mejores razones para seguir confiando y apoyando a la Revolución.

No podemos callar los errores, hay que seguir buscando mecanismos para la eficiencia y el control económico, y precisamente en manos de nosotros está votar por quienes nos representarán ante el parlamento, máximo organismo para aclarar y discrepar.

Este domingo 26 los niños con sus pañoletas volverán a recibirnos en cada colegio electoral, increíble victoria de nuestras elecciones, convertida en símbolo de la fuerza de un pueblo desde sus primeras edades, del poder de la ternura custodiando el porvenir.