En los inicios de 1980 presentamos en el programa Juntos a las 9 a Soledad Delgado, quien debutaba recientemente y acompañaba a diversos cantantes.
Se sabía que, a mediados de los 70, Soledad estaba enrolada en las descargas filineras. Andaba por los cabarets y clubs habaneros cantando y acompañándose al piano.
En 1982 constituyó su propio grupo para ampliar su repertorio y dar vida a diversos géneros musicales como: guaracha, bolero, canción, tango, cumbia y el son. Incursionó en la composición con una base consolidada a través de sus estudios de piano, pedagogía musical, de armonía y contrapunto, a la vez que alternó sus funciones como instructora de arte de grupos aficionados.
Es en esa etapa cuando interviene el director de musicales de televisión, Pedraza Ginori, quien fuera el director del Concurso Adolfo Guzmán 1979:
Yo la descubro en el restaurante Las Ruinas, del Parque Lenin, y fue como un descubrimiento mutuo. Ella amenizaba con su piano y sus canciones y llamó mucho la atención. Se metió a todo el mundo en el bolsillo esparciendo el filin voluptuoso, enérgico y exuberante que ya era su sello, que traía de fábrica.
Para ese entonces Soledad tenía 38 años (cuatro más que yo) y en verdad era un diamante en bruto. Cuando terminó su tanda Ginori se le acercó y le manifestó lo impresionado que estaba por su actuación. Hicieron empatía y quedaron en hacer algo juntos.
De esa manera, Soledad recibe de Ginori un impulso televisivo:
De ahí surgió nuestra amistad y nuestra colaboración. En realidad, mi relación artística y humana con Soledad duró poco. Unos cuatro o cinco años en los que hicimos un montón de canciones, dos discos de larga duración en la Egrem, algo de teatro y otros proyectos que nunca cuajaron, pero nos llenaron de ilusión. Duró poco, pero fue una de las etapas creativas más fructíferas e intensas de mi vida.
Cada año Televisión Cubana ofrecía una programación especial de verano. Para la de 1983 Ginori presenta un proyecto basado en Soledad, titulado Tan amigos como siempre. Un espacio de canciones y poesías románticas, pensado para las 12 de la noche del sábado al domingo. Algo en clave íntima, sin complicaciones de producción, con ella de anfitriona al piano y unos cuantos invitados distintos cada semana. Iba a ser una reunión de cantantes y declamadores en plan tú pones una y yo te respondo con otra, en descarga. En el Departamento de Programas Musicales le dieron luz verde.
Para abrir el programa utilizaban cualquiera de las canciones de su repertorio. Tan amplio que parecía interminable. No había una tonada en español que hablara de sentimientos, de amor o desamor, que ella no se supiera. Y en el piano, era dueña de todos los acordes inventados y por inventar para producir atmósfera romántica. Para la despedida de Tan amigos… echamos mano del tema homónimo que habíamos compuesto como cierre del disco En plena soledad, el primer long play que Ginori produce a Soledad para el sello Egrem.
Mi texto establecía un símil entre el show que se acaba –y volverá la próxima semana– y una situación de ruptura no definitiva entre dos amantes clandestinos. Y así, con cierta sensación agridulce, dejábamos a los televidentes complacidos.
Soledad había nacido en La Habana, el 11 de abril de 1941. Desde edad temprana se inicia en el arte, cuando comienza a presentarse en varios teatros de La Habana y en programas de la Televisión Cubana, hasta que en 1957 se inicia profesionalmente como pianista de la Orquesta del Cabaret del Hotel Internacional de Varadero y en el Copa del Hotel Habana Riviera. Con una extensa y profunda formación profesional, se graduó de piano y de dirección orquestal en conservatorios de música tan importantes como el Perellade, Orbón y Alejandro García Caturla.
Fue una singular pianista y cantante cubana. Interpretó diferentes géneros musicales. Llevó la música cubana y su singular estilo a escenarios de España, Panamá, Colombia, Bulgaria y Alemania, entre otros. Su presencia fue acogida en los diferentes espacios de la Radio y Televisión cubanas. La Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales de Cuba (Egrem) le produjo dos discos de larga duración: En plena soledad, 1981 y Desnudos, 1982. En 1981 viaja por primera vez a España presentándose en casinos de Cataluña, cantando con Alberto Cortés y Dyango.
Compartió escenario con grandes figuras de la música internacional, como Armando Manzanero, Estela Raval y Los Cinco Latinos, Susana Rinaldi, María Martha Cerra Lima, Joan Manuel Serrat, Rocío Jurado, Luis Miguel y Les Luthiers.
En Cuba hizo dúos ocasionales con Héctor Téllez, Mirtha Medina, Beatriz Márquez, María Elena Pena, Luis Téllez, y Caridad Hierrezuelo, entre otros muchos. Interpretaba a Armando Manzanero, a Bola de Nieve, a los grandes del filin o del bolero, en un ambiente preferiblemente de descarga.
Como pocas, su presencia en el escenario paralizaba la platea, sentada frente a su piano en el escenario, manejaba con total soltura y divismo el tiempo que duraba el espectáculo, ya fuera en solitario o acompañando a algún cantante. Sus últimos años los pasó en España donde grabó otros discos y realizaba actuaciones en centros nocturnos.
Una avanzada enfermedad detuvo su vida. Falleció el 28 de octubre de 2007 a los 66 años, en España, sus cenizas fueron traídas a La Habana, ciudad a la que tantas veces le cantó y aunque ya no esté, tal parece que el teclado del piano prosigue marcando sus notas, y una voz llena de vitalidad sigue diciendo… «Tan amigos como siempre».
