Del 25 al 31 de agosto, Cuba volverá a vibrar al compás de tambores, cantos y danzas folklóricas durante la celebración de la XVII edición del Festival Internacional La Ruta de la Rumba, Timbalaye 2025.
Este evento se ha consolidado como uno de los principales espacios para la preservación y celebración de la identidad cultural cubana y su poderosa herencia africana, dijo en un encuentro con la prensa Ulises Mora, presidente del Comité Organizador de Timbalaye.
Bajo el lema “¡Hay un congo, cará!”, el festival estará dedicado especialmente a “La voz del congo en la rumba”, reconociendo la huella profunda que esa comunidad ha dejado en el complejo músico danzario, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
En conferencia de prensa, Irma Castillo, vicepresidenta de Timbalaye, enfatizó que las voces ancestrales, los cantos y los ritmos vinculados a la rumba “tienen una importancia fundamental en la identidad cultural de Cuba”. Para ella, este género va más allá de lo artístico: es memoria viva, raíz y fuerza colectiva.
Este año, el programa incorpora un eje temático de descolonización cultural, que incluye clases magistrales, coloquios, encuentros teóricos y visitas a maestros y portadores de la tradición afrocubana en barrios y comunidades.
“Queremos que estas expresiones se sientan en la vida diaria de los cubanos, no solo como espectáculo, sino como un patrimonio que nos enseña a resistir y reconocernos”, subrayó Castillo.
La idea es tejer un puente entre patrimonio cultural y compromiso social, involucrando a jóvenes y niños en la transmisión de saberes. Por eso, el 24 de agosto, el día antes de la inauguración oficial, el festival abrirá sus puertas en el Pabellón Cuba con proyectos culturales infantiles desde las 10 de la mañana.
En el Salón de Mayo, del Pabellón Cuba, se le rendirá homenaje a Juan Bencomo Pedroso, reconocido luthier y maestro de percusión, natural del barrio Cayo Hueso, propuesto para recibir la distinción Por la Cultura Nacional. Esa primera jornada cerrará con un concierto de rumba, protagonizado por nuevas generaciones de cultores.
Siguaraya: símbolo de unidad y sostenibilidad
Una de las particularidades de esta XVII edición es la incorporación de un compromiso medioambiental, que dialoga con el sentido de protección y resistencia cultural. Se ha elegido a la siguaraya, árbol emblemático dentro de la cosmovisión afrocubana, como símbolo de vida, energía y protección, puntualizó Castillo.
Según explicó la vicepresidenta de Timbalaye, la iniciativa incluye la siembra simbólica y real de siguarayas en todas las provincias del país durante los días del festival. Este acto representa unidad, memoria colectiva y renovación. Además, busca sensibilizar sobre la importancia de cuidar el medio ambiente, desde un enfoque cultural y comunitario.
El color verde, asociado a esta planta sagrada, se sumará al gris —históricamente vinculado a la resiliencia— como imagen visual del encuentro, reforzando la alianza entre tradición y sostenibilidad.
Recorrido desde La Habana hasta Sagua la Grande
El itinerario de La Ruta de la Rumba 2025 será amplio y plural, con actividades en La Habana, Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara. Cada provincia integrará sus particularidades culturales al programa, de la mano de sus direcciones provinciales de cultura, grupos portadores y líderes comunitarios.
La apertura oficial, será el 25 de agosto, en la Casa de las Américas, con una conferencia magistral a cargo del escritor y etnólogo Miguel Barnet, como parte de un coloquio internacional sobre el papel de los congos en la rumba y en la cultura afrocubana.
Ese mismo día, el barrio habanero de Atarés acogerá un encuentro para revivir el culto del palo monte y disfrutar con las evoluciones de la comparsa del Alacrán, joya viva del patrimonio inmaterial cubano.
El 26 de agosto, en el barrio de Lawton, se realizará una feria cultural para fortalecer los vínculos comunitarios alrededor de la rumba, con la presencia de líderes comunitarios y artistas populares.
En los días siguientes, el festival continuará su peregrinaje, integrando talleres, espectáculos en plazas públicas y actividades culturales que reafirman la continuidad generacional de esta herencia africana.
El 31 de agosto en Villa Clara se desarrollarán actividades en varios municipios, incluyendo Camajuaní, Placetas y Ranchuelo. El cierre tendrá lugar en Sagua la Grande, coincidiendo con la conmemoración del aniversario de la Coronación del Presidente y Rey Bantú del Cabildo Kunalumbo San Francisco de Asís.
Este acto tendrá una profunda carga histórica y cultural, con la participación de instructores, músicos y bailarines comprometidos con preservar y proyectar el patrimonio intangible, concluyó Castillo.
Mediante la integración de actividades académicas, culturales y comunitarias, Timbalaye mantiene vivas las “voces ancestrales” y refuerza el poder transformador de la cultura afrocubana para las generaciones presentes y futuras, reafirmando su lugar fundamental en el panorama cultural de Cuba y el Caribe.
Más información en la siguiente entrevista con Ulises Mora, presidente de Timbalaye 2025: