En los primeros compases del siglo XX la vida cultural cubana tuvo una importante evolución que destacó a figuras altamente representativas de lo criollo frente a la imposición de patrones estadounidenses.
El sentimiento de nacionalidad y de auto estima tuvo baluartes importantes en estos años en la música, en la narrativa, en la poesía cantada o anónima y en la producción historiográfica.
La música trajo en las primeras décadas de la centuria el auge del danzón y las obras de los grandes trovadores cubanos Sindo Garay y Manuel Cocina, entre los más sobresalientes .En esos primeros años Ernesto Leguina comenzó su extraordinaria producción musical con obras como «La Comparsa» (1912).
En la década del 20 se produjo un cambio importante en nuestra creación intelectual con la entrada en escena de una generación portadora de nuevas inquietudes, que buscaban incorporar los aportes de las vanguardias artísticas, especialmente las europeas, pero hurgaban en las raíces de lo nacional, tratando de indagar, investigar y cultivar la identidad cubana.
La música tuvo su expresión de lo nuevo con Amadeo Roldan y Alejandro García Caturla, que llevaron los ritmos africanos a la melodía de concierto. Gonzalo.
Roig y Ernesto Lecuona empezaban su producción madura.
Fueron dos inteligencias artísticas -Roig y Lecuona- las encargadas de fundar la Orquesta Sinfónica de La Habana el 2 de septiembre de 1922, con la colaboración de otros notables músicos como Joaquín Molina, Víctor Diago y David Rendón.
La agrupación realizó su primer concierto el 29 de octubre de ese año, en el Teatro Nacional con el siguiente programa: Coberturas «Oberon» de Weber, «Escenas Pintorescas» de Massenet, Concierto No.2 en sol menor para piano y orquesta de Saint Saenz, con Ernesto Lecuona omo solista. «Vision» de Rhieberg, Aria de ls suite en re menor de Bach y la Obertura de la opera «Tannhauer» de Wagner.
El repertorio de la agrupación incluía la música de concierto de vanguardia foránea, pero también hacia gala de piezas de autores cubanos como las danzas de Cervantes.
La Orquesta Sinfónica de la Habana realizó el concierto inaugural del Teatro Auditorium de La Habana el 2 de diciembre de 1928 bajo la batuta del maestro Gonzalo Roig.
Aunque el proyecto no contaba con los recursos necesarios para su mantenimiento y desarrollo adecuados, la Orquesta siguió funcionando hasta 1942, gracias al esfuerzo de sus creadores y estrenó en el país muchas partituras de creadores nacionales y extranjeros.
Esta prestigiosa agrupación musical constituye el antecedente de la actual Orquesta Sinfónica Nacional fundada por el Gobierno Revolucionario en 1960.