Pepe Ordas, gloria de la música en Guanabacoa

Pepe Ordas, gloria de la música en Guanabacoa

La música cubana —ya se sabe— tiene en Guanabacoa un surtidor de connotados exponentes en los más disimiles géneros. Al hecho de ser el territorio cuna y hogar de múltiples figuras del arte sonoro, incluso de familias enteras, se une el de poseer uno de los conservatorios más completos del país.

Estas razones influyen en que la mayoría de los eventos musicales de la antigua villa alcancen notoriedad, entre ellos, la Semana de la Cultura, que acaba de transcurrir de forma presencial, luego de dos años de celebración virtual por la pandemia.

Entre las maravillas de la jornada, una se llevó las palmas. Me refiero al lucido espectáculo por el aniversario de la comunidad como pueblo de aborígenes, ya que el hecho sirvió, además, para reinaugurar el Parque José Martí, remozado totalmente.

Mediante la actuación de varias unidades artísticas, la velada rindió homenaje a personalidades locales que han dado gloria a la música cubana en el mundo. Se interpretaron temas de Ernesto Lecuona, Rita Montaner, Bola de Nieve y Juan Arrondo.

Un aparte con otro de los agasajados vale esta vez. Me refiero al trovador Pepe Ordas, quien, fue invitado, incluso, a cantar por sus grandes amigos Annie Garcés y Eduardo Sosa.

Muchas emociones se vivieron en el aniversario 468 de la villa, que se estremeció cuando la joven Annie apuntó que quiere al trovador guanabacoense como su segundo padre. Por su parte, Sosa narró que la primera ocasión que subió a un escenario tenía once años de edad y fue para cantar ʺSon para tiʺ, de la autoría de quien ahora es su gran amigo.

Por si fuera poco, el también guanabacoense, David Torrens, llegó al podio y fuera del guión, dijo que no podía estar únicamente como espectador, si se trataba de Pepe y, por tanto, interpretó su versión de ʺAlexʺ, uno de los más tiernos temas del homenajeado.

Muy conmovido estaba, a no dudar, Pepe Ordas ante su primer público, el del terruño, que lo admira, respeta y ama como hombre de su tiempo, comprometido a rasgar las cuerdas de su guitarra para decir versos inteligentes y bellos.