Juan Almeida, música, patria y amor

Juan Almeida

«La muerte no es verdad cuando se ha cumplido  bien la va de la vida». Esta premisa martiana se corrobora cada vez que fallece un hombre bueno, justo y digno como Juan Almeida Bosque, uno de los seres  más puros que ha dado el proceso revolucionario a los destinos de Cuba.

De abolengo obrero, raza negra y origen muy humilde, Almeida Bosque fue uno de los jóvenes de la Generación del Centenario que participó en el asalto al Cuartel Moncada. También fue expedicionario del Granma, comandante del Ejército Rebelde, dirigente partidista después del triunfo de la Revolución, siempre en las primeras filas del deber y del combate.

Almeida fue, además  una persona de gran sensibilidad artística. Se afirma que llevaba la música en el alma, criterio que se valida con la creación de más de 300 títulos de diversos géneros. Escribió además una decena de libros.

Muchas ojeadas amerita esta vida ejemplar. La mía -en esta oportunidad- se dirige hacia un fragmento de su faceta como  autor musical.

Aunque Almeida comenzó a componer sus obras musicales mucho antes de 1956, la primera de sus canciones reconocida públicamente data de esa fecha.»Guadalupe», conocida como «La Lupe» fue escrita poco antes de la partida del yate Granma hacia Cuba; (se grabó tres años más tarde en voz de Amelita Frades). Esta fue la composición  que marcó el lanzamiento de Almeida como autor musical.

Este bolero-ranchera, ligado a un amorío juvenil, cuando su creador estaba próximo a acudir al compromiso concertado con un amor mayúsculo, la libertad de su patria. Fue un adiós prácticamente definitivo a aquel bello romance. Aunque años más tarde hubo una suerte de reencuentro, las nuevas obligaciones de Almeida no licitaban una vuelta atrás. Así lo dio a entender el revolucionario cubano  en versos y música: «… te digo de verdad/que no te quería ver/ tan solo recordar/ porque estando en tu México / que una vez también fue mío (…)/ fui a aquel lugar/ que hiciste un nido / que por un reclamo patrio/ no lo pude ocupar/…

En «La Lupe» el patriotismo y el amor se engarzan, tanto en la música como en el alma, y como antes hiciera el guerrero Abdala en una parecida situación, el joven Almeida acudió con urgencia y sin titubeos al llamado de la madre mayor: Cuba.

Aquella suerte de poeta o juglar popular, continuo dando pruebas de su sensibilidad y voz afincada en los géneros del pueblo. Fue autor de una música inspirada, bella, melodiosa y armoniosa, que siempre trasmitió las claves de  su carácter, sus alegrías  y sus virtudes.

La obra de este Héroe de la República de Cuba, abarca diversos géneros: calipso, bossa nova, fantasías, beguines, boleros, guarachas, sones, baladas, conga, así como música instrumental de carácter patriótico-solemne  como las elegías a Maceo y a Martí.

También cultivo en menor cuantía la música infantil («Marinero quiero ser).

Juan Almeida Bosque falleció el 11 de septiembre de 2009. Sus restos mortales fueron sepultados en el Mausoleo del III Frente Oriental de Santiago de Cuba, junto a otros combatientes de la Revolución Cubana.

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