De Rita y Bola, de Lecuona y Arrondo, de Concha Ferrant y Adriano Rodríguez, se nutre el alma de Guanabacoa.
Pero también se enriquece de Edelis Padrón, Jorge Arocha, Pepe Ordas, Hermis Sánchez, Tomás Hernández, Luis Emilio Martínez, Armando Cristóbal, Trío Guitarras Cubanas, Marta García, José Luis Llerena, Arturo Montoto, Pablo Borges, los Aspirina y una lista inmensa de hijos ilustres y adoptivos de la villa capitalina y cubanísima.
¿Y cómo hablar de aportes a la cultura de nuestro país sin mencionar esta subyugante localidad, donde un aborigen es adorado aún y un santo católico aniquiló a un inglés, en clara evidencia de que allí no podían dominar los piratas atacantes de La Habana?
No en vano fue el sitio preferido por el gobierno de la capital para evacuarse cuando tales atracadores tomaron la ciudad intramuros. Pepe Antonio, uno de los primeros guerrilleros de nuestra historia, dio la carga al machete y puso en jaque a los filibusteros.
El español Víctor Patricio de Landaluze se inspiró en los habitantes de tan raigal comunidad, para crear lo que pudieran ser las primeras historietas, aparecidas como publicidad en las cajas de tabacos de fines del siglo XIX.
Sería precisamente en estos parajes donde se alzara el Liceo Artístico y Literario más famoso de la Cuba colonial. José Martí desde muy joven visitaba a su maestro Mendive, que residía en Guanabacoa, y luego fue secretario de literatura de la institución.
Y resultó el verbo del Apóstol más radiante en la tribuna de la entidad guanabacoense en su primer discurso político en la Isla.
¿Cómo no evocar ese acervo en esta jornada nacional? Por estos días se le canta en instalaciones de la villa a todo lo que sigue embelleciendo la palabra cubanía: nuestro ballet, los artistas de allí y de otras regiones, Carilda, Naborí, Portillo de la Luz, la rumba y la Nueva Trova.
En video el Trío Guitarra Cubanas:
En la foto ʺGuanabacoaʺ, tomada de Fotos de La Habana
