Flautas jóvenes para Roberto Ondina

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Por: Oni Acosta

En diciembre de 2023 nació, en la Escuela Nacional de Música, un concurso que tuvo como principal atractivo visibilizar, de manera audaz, la flauta.

El encuentro surgió como resultado del interés de maestros y gestores musicales de Cuba y Estados Unidos; como Phil Unger, presidente del Flute Center de Nueva York, institución que premió con diferentes tipos de flautas a seis de los ganadores.

Phil le había comentado de este empeño altruista a la maestra Niurka González, una de las más versátiles instrumentistas cubanas, con reconocida trayectoria nacional e internacional; por ello, la idea de estimular y colaborar con estudiantes cubanos no pasó inadvertida, y pronto cobró vida con la ayuda del Centro Nacional de Escuelas de Arte y otras instancias cubanas.

La labor organizativa y de concreción académica fue fundamental gracias al empeño de todos, y también al prestigio y dedicación de la propia Niurka. En esa línea se trazarían las bases del concurso: edades, obras o estilos, y las rondas. Pero aún quedaba algo por definir: el nombre. Según testimonio de la maestra, hubo total consenso desde el principio: para todos los involucrados quedaba muy clara la dicha de haber tenido en Cuba a un virtuoso flautista como Roberto Ondina, de quien justamente se cumplían en 2023 los 60 años de su muerte. Así nacía el I Festival Nacional de Flauta Roberto Ondina in Memoriam.

Para integrar el jurado fueron convocadas tres importantes figuras: Mindy Kauffman, piccolista de la Filarmónica de Nueva York; Stephanie Jutt, flautista solista de la Orquesta Sinfónica de Madison y la cubana Zorimé Caturla, también flauta solista de la Sinfónica Nacional de Cuba, lo cual representó una sólida fortaleza, y nivel de excelencia en el conocimiento del instrumento.

Pero la gran sorpresa fue la presencia de 41 concursantes de toda Cuba para esta I edición, en los tres niveles escogidos por los organizadores. Esa cifra fue una muestra del desarrollo que durante años ha tenido la flauta en el sistema de enseñanza artística en el país, y de la consagración de los profesores que han formado a varias generaciones de talentosos jóvenes durante todo este tiempo.

Los aspectos técnicos, pero también expresivos son fundamentales en un concurso de este tipo, y la labor del jurado fue exhaustiva al punto de no dejar ningún premio desierto, razón por la cual hubo nueve galardonados, los cuales estuvieron de concierto junto a la Sinfónica Nacional hace pocos días.

¿Cómo catalogar, si fuera medible, el altísimo interés por la flauta en nuestro país? ¿Podría hablarse de tradición o simplemente casualidad? ¿Cómo puede un archipiélago pequeño poseer un catálogo tan grande entre maestros y estudiantes?

Concursos de este tipo son esenciales para potenciar el auge de un instrumento que, ya sea por causas históricas o de otra índole, también es necesario catar y estimular; a la vez que es medular dotar de herramientas en sanas confrontaciones a estos jóvenes que, también, son ese legado de la gran escuela cubana de flauta.

Fuente: Granma