Lo que distingue a Enrique Pérez Mesa no es solo su precisión a la batuta, sino su capacidad de transformar cada agrupación en una comunidad humana.
Como él mismo recuerda, tras ver al legendario Claudio Abbado saludar y besar a cada músico antes de salir a escena, pensó: “Si un gigante hace eso, yo también puedo”. Ese gesto sencillo, humanizador, se convirtió en su filosofía: una orquesta funciona cuando todos laten al mismo ritmo, como una gran familia.
Nació el 8 de agosto de 1960 en Matanzas, Cuba. Se graduó en violín en la Escuela Nacional de Artes y en 1993 culminó su formación en Dirección Orquestal en el Instituto Superior de Arte, bajo la guía del maestro Guido López‑Gavilán.
En 1991 asumió su primer cargo como director en la Orquesta Sinfónica de Matanzas y en 2002 fue nombrado director adjunto de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba por Leo Brouwer, cargo que luego lo llevaría a ser director titular durante 23 años.
A lo largo de su trayectoria, ha dirigido ballet —como Cascanueces y Carmen— en colaboración con el Ballet Nacional de Cuba, invitado por Alicia Alonso, además de hacerse cargo de la Ópera Nacional en títulos de rigor.
También tuvo el honor de realizar el estreno en Cuba de la integral de los cinco conciertos para piano y orquesta de Heitor Villalobos, interpretada con grandes solistas como Ulises Hernández y Roberto Urbay.
En su etapa como director titular lideró 18 giras internacionales incluyendo la primera presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional en Estados Unidos en 2012 (Kansas City), donde el público lo ovacionó, tras interpretar obras como la Rapsodia en azul y piezas de Ernesto Lecuona con talento cubano al piano.
Recibió la Medalla Alejo Carpentier y la distinción Por la Cultura Nacional de Cuba por su compromiso con el arte y la enseñanza. Obtuvo el título de “Peregrino del Milenio” en un Congreso de Personalidades de la Música celebrado en Jerusalén, y fue nombrado Hijo Pródigo de Matanzas y Director Huésped de Honor en varias orquestas internacionales.
Además de su labor al podio, se dedicó a la docencia como jefe del Departamento de Dirección Orquestal del Instituto Superior de Arte en La Habana, impartiendo clases magistrales en países como México, Colombia y España. Ha sido jurado en concursos internacionales de prestigio.
Enrique Pérez Mesa representa la conjunción perfecta entre rigor y humanidad: no solo dirige partituras, sino voces y emociones, conectando músicos y público en un pacto de arte compartido.
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