El 12 de noviembre de 1944 nacía en el poblado de Mayarí, en la antigua provincia de Oriente, uno de los soneros que se mantiene en lo más elevado del gusto popular, a pesar de los años; su nombre: Félix Baloy, quien siendo casi un niño cantaba con uno de los grupos de su región natal, aunque se vio obligado a realizar otras labores, como consecuencia de la difícil situación económica.
Para la década del setenta le llegó una de sus más preciadas oportunidades, al ser contratado como vocalista principal por la orquesta de Elio Revé padre, fundada en La Habana en 1956. La popularidad lograda por Baloy en la nómina posibilitó que escalara la fama como uno de los soneros jóvenes más prometedores de Cuba.
En la orquesta saboreó el gusto de la popularidad, y en el contexto de las múltiples propuestas que llegan cuando se es famoso muy pronto fue invitado a integrarse a la agrupación Tropicuba. Allí estableció dueto con otro de los grandes soneros del pentagrama nuestro: Raúl Planas, el cual no solo fue socio musical de Baloy durante décadas, también su amigo.
Después de un tiempo corto con Tropicuba se trasladó a Santiago de Cuba para integrarse a la lista de Son 14, bajo la dirección de Adalberto Álvarez. Pero en 1983, cuando Álvarez abandona Santiago de Cuba para formar su propia orquesta en La Habana, Baloy se fue con él y asumió el rol de vocalista principal en la nueva formación. Permaneció casi una década con el nuevo conjunto hasta que en los primeros años de los noventa decidió cantar en el cabaret Ali Bar, el mismo escenario donde tantas veces vio, aplaudió y aprendió con las actuaciones de Benny Moré.
En 1995 fue invitado a cantar con la Orquesta América en la colección de cuatro CDs de Tumi Music titulada Las Leyendas de la Música Cubana. En el proyecto se incluyeron cantantes y compañeros de Baloy, entre ellos Celina González y Omara Portuondo.
Un año después, cuando se realizaba en La Habana la grabación del disco ganador del Grammy, Buena Vista Social Club, se grabó también el primer disco de los Afro-Cuban All Star, dirigido por Juan de Marcos González. En esta placa la voz de Baloy se volvió algo central en la visión del director para recapturar la energía y la emoción de la era de los grandes conjuntos.
Félix Baloy es un sonero de un talento increíble que nunca deja de motivar a cualquier público, con una voz potente y grave que llega a los registros altos sin esfuerzos. Tiene en su haber fonográfico casi cuarenta discos, entre los que sobresale Baila mi son, producido por Juan de Marcos González y promovido en una gira por Europa en 1997.
Es una de las grandes figuras de la música cubana moderna. Durante seis años tocó en conciertos llenos por todo el mundo junto con Juan de Marcos y los Afro-Cuban All Stars. Compartió el escenario con muchos de los veteranos del Buena Vista Social Club, entre los que se incluyen Ibrahim Ferrer, Rubén González, Omara Portuondo, y sus viejos amigos Raúl Planas y Pio Leyva.
En la actualidad se mantiene activo. Ha sido jurado de los certámenes que se realizan en la Casa de la trova Benny Moré en San Miguel del Padrón y apoyo de quienes buscan perfeccionar sus voces y abrirse paso en el universo del Son.