Radio Cubana… ¡Qué gozo decirlo! Amerita que sea repetido: Radio Cubana…; cubanisima desde su alumbramiento. Desde que Luis Casas Romero, licenciado del Ejército Libertador, compositor e intérprete, puso a volar la emisora 2LC, el 22 de agosto de 1922. Cubanisima, desde que en su gala inaugural, Rita Montaner -La Única- interpretó melodías raigales, portadoras de la herencia cultural criolla y de nuestro patriotismo.
Siguió siendo cubana durante la llamada «etapa comercial » de la radiodifusión en la Isla, al margen de las manipulaciones y amaños por parte de las compañías estadounidenses y la burguesía domestica pro-yanqui, meramente interesadas en los guarismos de sus beneficios y que intentaban además, absorber nuestra identidad cultural.
Fundado por radioaficionados, el sistema radial cubano fue propulsado por los comercios minoristas, las importaciones electrónicas, las prácticas mediáticas, modelos de gestión, géneros, formatos y estrategias, acciones comunicativas y mercantiles diseñadas en Estados Unidos
En una competencia desigual -donde los dineros y las tecnologías estaban en manos del gran capital – los radialistas del patio pusieron en tensión sus talentos y capacidades para transformar los modelos e influencias foráneas y rehuyeron la mímesis de los patrones y códigos precedentes, para gestionar un modelo latino convergente con nuestras raíces históricas-culturales.
La periodista y guionista de ficción Iris Davila identificó el proceso de formación de nuestra radio como «reto de resistencia que impidió la total asimilación cultural» .
Resulta natural que la radio, fuese declarada bastión de nuestra identidad cultural. La población -mayoritariamente analfabeta- encontró un medio de comunicación, que no le exigía saber leer para entenderlo.
El consumo hogareño de la radio potenció y socializó en todos los públicos, la música, la información, la comunicación y la ideología.
Durante los años treinta del pasado siglo, la colonización cultural pretendida por Estados Unidos, enfrentó una espontanea y extendida resistencia popular, que unió a intelectuales y artistas decididos a defender el arte y la identidad cultural autóctona.
A través de la radio, notorios músicos como Ernesto Lecuona, Amadeo Roldan, Alejandro García Caturla y Gilberto Valdés, ejecutaron melodías con remarcado acento nacional, mientras que plumas como las de Alejo Carpenter, Félix Pita Rodríguez, Onelio Jorge Cardado, José Ángel Buesa, Félix B.Caignet, entre otros, forjaron los cimientos de la narración, la poesía y la ficción.
Poco a poco prestigiosos intelectuales, comunicadores y pensadores convirtieron la radio en plataforma de la promoción cultural y del bienestar social.
Páginas imborrables de este batallar fueron la creación de la emisora Mil Diez en 1943 que cumplió un relevante papel en sólo un lustro de existencia, pues contribuyó a elevar la conciencia de clase de las grandes masas desposeídas; las batallas radiales de Eduardo Chibás, líder del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) frente a la corrupción administrativa y el ganterismo. También el batallar constante contra la desvergüenza, llevado a cabo por Guido García Inclán
Así lo hizo Inclán, primero ante los micrófono de CMQ y después a través de la COCO, así como la grabación del Himno del 26 de julio, de manera clandestina, en Radio Cadena Habana y la transmisión del llamado a la Huelga General Revolucionaria del 9 de abril, la creación de Radio Rebelde en plena Sierra Maestra, en febrero de 1958, que se convirtió en un poderoso instrumento de la Revolución, en la divulgación de la verdad y las ideas de revolucionarias.
No puede faltar en esta relatoría sucinta, las intervenciones por el Gobierno Revolucionario de Circuito CMQ, Radio Reloj, Radio Progreso, Radio Caribe, Radio Capital Artalejlo, Radio García Serra y otras emisoras nacionales y locales que pasaron a ser propiedad del pueblo.
La batalla ideo política en torno al papel de la radio en la defensa de nuestra soberanía e identidad nacional no cesó con el triunfo del primero de enero. Por el contrario crece a la par que aumentan la hostilidad de las administraciones yanquis, el genocida bloqueo económico y la guerra mediática a través de Internet.
En tales circunstancias, los radialistas cubanos afrontamos los retos actuales con gran espíritu y optimismo, para continuar repitiendo satisfechos y orgullosos: ¡Esta es la Radio Cubana!