La expresión que antecede puede parecer un descabellado dislate o tomarse como una fina broma. No es lo uno ni lo otro.
Se trata de que Ramón Veloz, cantante de pueblo, nació en La Habana el 16 de agosto de 1927 y no fue lo que usualmente suele llamarse en la Isla un guajiro natural. Sin embargo, devino defensor a ultranza de la música campesina.
Los cubanos que hoy peinan canas le recuerdan como uno de los fundadores del programa Palmas y Cañas, del cual fue su conductor durante muchas años, con el mítico llamado, que cual convocatoria al combate, lanzaba su esposa Coralia Veloz, invocando su nombre, para desencadenar el espectacular Guateque dominical de la televisión cubana.
Los coleccionistas quizás conservan en viejas placas de acetato, alguna de las grabaciones que realizó de esas canciones que nadie interpretó con mayor emoción: “Cuba que linda es Cuba”; “Amorosa Guajira”; “El vaivén de mi carreta”; “El carretero”; entre otras.
Los especialistas en música preferían su voz de cancionero tenor, que destacó en su repertorio, además de guarachas, sones montunos y boleros ,tangos y canciones líricas.
La memoria histórica – oral y escrita- lo trae al presente con anécdotas del tiempo de lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista, cuando en unión a Coralia cantaban temas que desnudaban la hipocresía y falsedades de los políticos de turno al criticar musicalmente las penurias del pueblo cubano.
Ramón Veloz siempre fue un artista comprometido con la causa revolucionaria. Por eso, después del triunfo del 1ro de enero participó en diversos actos y disímiles espectáculos y eventos, siempre en defensa de la Revolución.
Veloz falleció en La Habana, el 16 de agosto de 1986. Cumpliría ese día 59 años, una edad en la que aún tenía mucho que aportar con sus cantos y enseñanzas.
En ocasión de su despedida de duelo, Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, no pidió un minuto de silencio, sino un siglo de cantos para Ramón Veloz.