Por las calles habaneras, cuando suenan los tambores y ya comienza la conga, un grupo de mujeres roba todas las miradas. A ellas se les nota el orgullo en los pasos, en los trajes de colores y en las sonrisas contagiosas.
Son las Voluminosas por Siempre, herederas de una historia que va más allá del baile y la música: una historia de amor propio y autoestima de mujeres que se sienten bellas y necesarias.
La actual gestora de este singular proyecto sociocultural es Yarneris Rosas López, quien ha encontrado en el arte popular un camino hacia la esperanza y la felicidad.
“Mi mayor sueño es que las mujeres aprendan a quererse tal como son”, confiesa, mientras recuerda los días de carnaval cuando el sudor y la risa se mezclaban en una misma melodía de tambor.
Todo comenzó en 2010, en Santiago de Cuba, cuna de congas y de ritmo. Fue allí donde el sociólogo Willy Ortíz —durante años director de los carnavales santiagueros— decidió romper estereotipos de belleza y fundar la comparsa «Willy y Las Voluminosas de Cuba».
Su idea era tan sencilla como revolucionaria: demostrar que el arte y la gracia no dependen del tamaño del cuerpo, sino del amor por la danza.
Entre 2013 y hasta 2019, el grupo formó parte del Carnaval de La Habana, la fiesta tradicional más multitudinaria de la capital cubana. El público capitalino les abrió el corazón y cada presentación se convirtió en un estallido de energía que combinaba la potencia de la conga santiaguera con la picardía criolla.
En ese momento se sumó Adelaida Oñate, llamada La Reina de la agrupación, quien trabaja en la emisora Radio Rebelde como especialista en Relaciones Públicas y actualmente realiza esa misma función en la comparsa.
Tras una pausa, la iniciativa no se detuvo. En 2022, Yarneris retomó el legado bajo un nuevo nombre: “Voluminosas por Siempre”, una versión renovada y comunitaria del sueño original de Willy Ortíz.
El proyecto, hoy adscrito a la Casa de Cultura del capitalino municipio Plaza de la Revolución, mantiene viva la esencia de los carnavales y se dedica a ofrecer espectáculos en comunidades en transformación de ese territorio como El Fanguito, Lindero 14 y La Dionisia.
Conformada por 20 mujeres de 30 a 65 años, la agrupación trabaja con un piquete musical y de baile propio.
En festividades y presentaciones defienden los ritmos tradicionales cubanos, en especial la conga santiaguera, pero también fusionan estos géneros con coreografías modernas y alegorías a la identidad afrodescendiente. Su unidad artística se presenta con un nombre que encierra fuerza y sabor: Las Curvis con Sabrosura y realmente hay que ver cómo se mueven en esos cuerpos al ritmo de la música percutida.
Su talento las ha llevado a compartir tarima con reconocidas agrupaciones como la Orquesta JG, la Orquesta Aragón y Las Canelas.
Más allá del espectáculo, lo que las distingue es la manera en que transforman cada actuación en una declaración de autoestima, en un canto de alegría a la vida, desde cuerpos que bailan para celebrar la diversidad.
Y mientras suenan otra vez los repiques de tambor y el grito de la conga pide más, las Voluminosas avanzan, con paso firme, llenando de ritmo y confianza cada esquina de La Habana.
Recientemente, Voluminosas por Siempre tuvo a su cargo el cierre del I Encuentro Internacional de Ancestralidad en Cuba, dedicado al tema “Turbante: Herencia e Identidad”.
Fue durante la gala África en el corazón, celebrada en los Jardines de La Tropical, donde los delegados del evento disfrutaron el desfile de colores y sonrisas.
No fue solo un espectáculo, devino acto de amor a la raíz africana, a la diversidad de los cuerpos, y al derecho de cada mujer a ocupar con orgullo su espacio en el carnaval de la vida.
