La música vuelve este 8 de enero durante la velada en Ciudad Escolar Libertad para recordar la fecha triunfal que trajo a Fidel Castro en la caravana rebelde hace 65 años.
Nuevamente el mayor complejo educacional del país se colorea de verde olivo, ahora en los cuerpos uniformados de niños que reeditan la histórica hombradía de los barbudos patriotas.
Canto y poesía colman de alegría el tradicional acto en el otrora primer cuartel militar del dictador Fulgencio Batista, ubicado en el habanero municipio de Marianao y devenido centro de estudios luego de 1959.
Una vez más se evoca la jornada gloriosa prendida en la memoria colectiva por el discurso donde el líder de la Revolución señaló que era inmensa la alegría por la victoria, pero que aún faltaba mucho por hacer y quizás en lo adelante todo sería más difícil.
Camilo Cienfuegos, como la imagen de nuestro pueblo, también se perpetuó en los recuerdos de aquella noche cuando, al preguntarle el Comandante en Jefe: “¿voy bien, Camilo?”, respondió acertadamente: “vas bien, Fidel”.
Cual hermosa fábula de la gallardía de quienes irrumpieron con la victoria popular, regresa el tributo de las nuevas generaciones de cubanos que seguimos construyendo el único camino posible: el de la nación soberana.
Como hace 65 años, este 8 de enero La Habana se adorna de banderas, de fusiles de paz, recuerdos, barbas. Y los jóvenes de hoy respaldan a los de entonces, que ahora tienen más edad e iguales convicciones. Sus pechos vibran de emociones con medallas cargadas de hazañas.
Llega la caravana de la Patria. Recorrió caminos conocidos. Las manos salen a recibirlos. Las imágenes de antaño se mezclan con vítores renovados. Se escucha a mambises de estos tiempos asegurar que ahora y siempre defenderemos la Revolución que un día nos salvó.
Los sentimientos se agolpan, las palabras vuelan. La escuela que derribó un cuartel entrega hombres y mujeres plenos. Desde allí brotan momentos y frases. Vamos bien. Todo ha sido más difícil, pero seguimos luchando para que sea mejor.
