Un reparador de sueños con sonido de cascabeles

Coro Cascabelitos

Para hablar del Coro Cascabelitos y de la labor de su fundador, el licenciado Abel Ramos Rodríguez, hay que vestir el lenguaje de elegancia.

Así lo amerita  el proyecto sociocomunitario, los niños que lo integran, los familiares de estos, su gestor y director, así como todos los que de algún modo tuvieron y tienen que ver con el.

Cascabelitos nació en La Guinera, barriada habanera del municipio Arroyo Naranjo, bajo la cobija devota de un joven egresado de la Escuela Nacional de Artes; un hijo de la región oriental del país (Jiguaní, provincia Granma).

Desde sus predios natales trajo el alma cargada con los sonidos del monte y los colores y perfumes de la campiña, además de la bondad y el espíritu inquebrantable de los genuinos labriegos cubanos.

Llegó como un auténtico reparador de sueños «con afán risueño de enmendar lo roto (…) y trocando lo sucio en oro», según la caracterización de Silvio de estos seres increíbles.

Para descubrir el misterio de este hombre singular, Radio Cadena Habana conversó con él y conoció precisiones de primera mano en la voz de su protagonista. 

Debutó el Coro Cascabelitos el 14 de diciembre de 1998, fecha que se considera fundacional, tras la búsqueda, diagnóstico, selección, talleres, y ensayos .Fue una  «etapa hermosa», como la define su gestor y director, «un momento importante en la historia del barrio La  Guinera por estar inmersa en un proceso de transformación socio-cultural».

Toda la comunidad se involucró en este movimiento transformador que se dispuso para mejorar las condiciones de vida de los pobladores. En este empeño renovador participaron los factores e instituciones que incidían en el quehacer local.

«Comenzamos las presentaciones en el barrio para acompañar a los vecinos en esta época de cambio», recuerda Ramos Rodríguez.

Desde esos momentos sumamos a las tareas del coro talleres relacionados con el canto, acciones de formación de valores éticos, porque «varios de nuestros niños provenían de familias disfuncionales o presentaban otra problemática social».

En esa dirección el repertorio del coro se conformó con lo mejor del cancionero nacional y con temas propios compuestos por su director. «Le cantamos al amor, la familia, la patria, la naturaleza, el barrio…».

Ejemplos de la faena autoral del jiguanicero-arroyense son los títulos: “Mi linda cotorra“, “¿Quién es la fantasía? “, “La tijerita“, “Acuarela“, “Un payaso original“, “La vaquita Malu“, “Samba rumba“, “El gatico Coralito“, “Despertar al sol“, “Zapato rumbero y zapatiĺla fina“, “El ratón Peralejo“, “Homenaje a la guantanamera“ y “Para despertar la mañana“. Estas obras conforman el álbum Para despertar la mañana.

Este redactor se interesó por conocer si Abel se sentía satisfecho por los resultados de la agrupación infantil y las palabras de mi interlocutor brotaron como río desbordado: 

«En estos 27 años creo que el proyecto cumplió y sobrecumplio los objetivos fundacionales. No todos llegan a ser cantantes, pero son buenas personas. Hemos contribuido a la formación de varios instructores de artes, locutores como Pedro Pablo Cruz, periodistas como Elena Godines y cantantes como Dayris Álvarez, tercer premio en el Festival San Remo Music Awards 2022, Adria Granda, anfitriona de la peña sabatina del Centro Cultural Cinematográfico ICAIC Fresa y Chocolate, un músico de la Orquesta Failde, además de muchos muchachos que escogieron proyectos de vida ajenos al arte, pero que hoy son maestros, médicos, ingenieros, técnicos y lo más importante, son hombres y mujeres útiles a la sociedad.

Desarrollar un proyecto como este y alcanzar resultados favorables para el colectivo no es tarea posible sin el acompañamiento de la familia. Esa es una conclusión a la que arribó el profesor Abel Ramos.

«Algún eslabón de la cadena de instituciones que deben apoyarnos pueden presentar algún fallo, pero la familia no», dice Abel. Y agrega: «El vínculo  familiar es indispensable para lograr nuestros objetivos».

La colaboración con los padres ha sido un elemento indispensable, es la labor del proyecto desde sus inicios refiere su gestor, porque entiende que es el hogar donde el niño asimila las principales nociones éticas y estéticas.

El reparador de sueños de Arroyo Naranjo opina que: «El seno familiar es el espacio que nutre a los niños de los primeros elementos de la cultura, la educación, de todo lo que los niños respiran en esa primera parte de la vida y de la convivencia».

Conceptos éstos que coinciden con importantes principios de la pedagogía cubana, sostenidos desde José de la Luz y Caballero, quien afirmó que la educación se iniciaba en la cuna.

Por eso en el proyecto Cascabelitos se da un tratamiento primordial al tema de la interrelación familia-hogar, trato que incluye reuniones de retroalimentación, lo que permite conocer al docente si existen situaciones familiares que pueden estar incidiendo negativamente anímica y conductualmente en los discípulos. También se realizan talleres con los padres para que sepan por donde va el proyecto; así como ayudar a sus hijos en la ejercitación de las habilidades adquiridas. «La práctica constante es fundamental, ya que las habilidades auditivas requieren de mucha práctica, de repeticiones sistemáticas para su consolidación».

El centro de las gestiones del instructor de arte de la Casa de Cultura Justo Vega y gestor del proyecto Cascabelitos es el barrio. Abel confía y ama ese agrupamiento urbanístico y social. Piensa que es la célula de un país y que hacía la estructura barrial deben enfocarse los recursos, los empeños, la atención de los agentes decisores a todos los niveles. 

Tras casi 30 años de arduo trabajo, este hacedor de sueños y esperanzas no se siente agotado, está satisfecho con lo logrado, pero se plantea nuevos desafíos. Va a convertir su iniciativa en un Proyecto de Desarroĺlo Local (PDL).

La decisión anterior implica amplitud de miras, crecimiento numérico y cualitativo, creación de nuevos talleres y otras acciones educativas. Sobre todo con la premisa de «seguir trabajando con mucha pasión y muchos deseos».

Foto: Abel Ramos Rodríguez junto a un grupo del coro Cascabelitos. Tomada del Portal de la AHS.

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