Una de las grandes sorpresas de la IV edición del Encuentro Internacional de Coleccionistas y Melómanos fue la presentación didáctica del Piquete Típico Cubano, en el teatro del Conservatorio Guillermo Tomás del capitalino municipio Guanabacoa.
En el evento, organizado por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem), la musicóloga Gisela Vistel, representante del Piquete, profundizó en la historia, evolución y vigencia de esta agrupación fundada el 4 de abril de 1963 por el musicólogo Odilio Urfé (1921-1998).
La misión principal del grupo –dijo–, es la preservación del baile nacional cubano, ritmo conocido como danzón.
Actualmente dirigido por Jorge Vistel Columbié, el Piquete cuenta con el respaldo del Museo Nacional de la Música, institución que custodia las partituras originales y facilita aquellas que pueden ser adaptadas para el formato orquestal del conjunto.
La sonoridad que ofrece la agrupación evoca las retretas del siglo XIX, en parques y plazas cubanas. Hoy se mantiene viva gracias a su labor de preservación y difusión en escuelas, centros de trabajo, museos y hogares para adultos mayores, además por su vinculación con el movimiento comunitario Amigos del Danzón.
Instrumentación y repertorio
El Piquete emplea una instrumentación particular que incluye bombardino, violines, clarinetes, figle (un antiguo instrumento de viento-metal), violines, trombón de pistón, cornetín, contrabajo, güiro y timbal de orejas. Esta combinación brinda una experiencia sonora auténtica y cargada de historia.
Aunque algunos consideran este formato como anticuado, el Piquete asimila todo tipo de repertorios, sonoridades, arreglos y orquestaciones, adaptándolas a los tiempos actuales, sin perder el respeto por las armonías originales.
Durante el encuentro, se realizó un recorrido histórico y musical guiado por el patrimonio nacional. En el repertorio se incluyó el primer danzón reconocido en Cuba, “Las Alturas de Simpson”, estrenado el 1ro de julio de 1879, obra del matancero Miguel Faílde.
Se escucharon también los acordes de “El bombín de Barreto”, compuesto en 1910 por José Urfé, nacido en Madruga, clarinetista, director y promotor cultural. La razón principal del Piquete es poner en valor su legado dentro de la música cubana, explicó Vistel.
Posteriormente, los músicos interpretaron “Amalia Batista”, de Rodrigo Prats, compositor, arreglista, violinista, pianista y director de orquesta cubano. Este danzón está inspirado en la zarzuela homónima de Prats.
Además, en la presentación se recordó la obra de Silvio Contreras Hernández, pianista, compositor y director orquestal que lideró la orquesta Charanga Hermanos Contreras durante la década de 1930.
Los asistentes disfrutaron especialmente la interpretación de la obra “Tres motivos”, del compositor santiaguero Daniel Vistel Columbié, fallecido hace un año.
Según la musicóloga, este “danzón marcó un punto de giro en el desarrollo del género porque, por primera vez, incluye una sección en el montuno con elementos del son cubano, lo que posibilitó un mayor desenvolvimiento escénico para los bailadores y permitió a los músicos improvisar”.
Por la interpretación de esta pieza, el adolescente de 12 años Jorge Alí —estudiante de segundo año de trompeta en el Conservatorio Guillermo Tomás y nieto del director del Piquete— recibió una ovación de los presentes.
Formación y futuro: inclusión de nuevos talentos
Como colofón, la agrupación decidió brindar la oportunidad a un grupo de talentos emergentes de tocar junto a ellos, lo cual demuestra que la música tradicional sigue siendo un terreno fértil para la creatividad, el aprendizaje y la celebración cultural. A través de la investigación, la educación y el performance, el Piquete acerca a las nuevas generaciones a la riqueza y diversidad del patrimonio sonoro de Cuba.
El Encuentro Internacional de Coleccionistas y Melómanos reafirmó el compromiso de la Egrem y del Piquete en la conservación y difusión de las raíces musicales y de la identidad nacional.
Foto: Cortesía de la autora